Color y alegría eran los componentes fundamentales del acto celebrado a las puertas del "Virgen de la Concha" para conmemorar el Día Internacional del Niño Hospitalizado. Varios menores ingresados en el centro bajaron un momento hasta la rampa del hospital para participar del impresionante ambiente festivo en el que se volcó el personal del centro sanitario, grupos de alumnos de los colegios Amor de Dios y San José y organizaciones no gubernamentales como Cruz Roja o Compartimos Contigo, esta última la que aportó el centenar de globos, rosas y azules, que se lanzaron al aire para concluir la actividad. Canciones, globos con besos, mensajes de cariño y solidaridad y sobre todo muchas ganas de diversión fueron las protagonistas de la jornada de apoyo a un colectivo muy especial, el de los niños hospitalizados.

Un colectivo amplio. En Zamora, por ejemplo son en torno a 900 los niños que son hospitalizados cada año, según los cálculos de la jefa de servicio en funciones, Teresa Gil y la supervisora de enfermería de Pediatría, Marci González, sin contar al millar de bebés que vienen al mundo en el paritorio, que también son atendidos por los pediatras. "Simboliza un homenaje al niño hospitalizado, sus familias y sus cuidadores", explicaba la supervisora.

La planta de Pediatría es, dentro del hospital, muy especial. Su aspecto, de hecho, se parece poco al resto del centro, ya que está decorada con un aspecto mucho más alegre. Además Sacyl ha puesto en marcha medidas como incluir la comida de las madres durante el ingreso hospitalario, con el fin de que no tengan que dejar solos a los niños. La televisión es gratis, los niños tienen un canal infantil, y varias entidades colaboran para hacer la estancia hospitalaria más agradable a los pequeños: Cruz Roja, Asociación contra el Cáncer o Compartiendo Conmigo.

"Los cuidados de pediatría son muy especiales para el personal de enfermería", explicaba Marci González. "Los niños no tienen las mismas necesidades del adulto, es una atención más continua y cualquier práctica clínica requiere muchísimo más tiempo". María Teresa Gil coincidía en que "los niños necesitan estar más acompañados durante su ingreso hospitalario e intentamos que la estancia de los niños y sus acompañantes sea lo más agradable posible. Aunque el medio hospitalario sea extraño para ellos, debemos intentar que sea lo más cercano posible y lo menos estresante en una situación que de por si lo es".

De hecho, es una planta "en que la siempre hay alegrías y risas, aunque los niños estén malitos", pero "siempre bajo el respeto al niño enfermo". Las patologías más habituales son los cuadros infecciosos, con estancias cortas, niños operados y pacientes metabólicos , como diabéticos, con estancias más largas. "Con el niño aprendemos".