La capital ha perdido en los últimos diez años casi medio millar de pequeños comercios, según revela el último anuario económico de La Caixa. La crisis se ha cebado también con otros grandes municipios de la provincia como Benavente y Toro. En este último caso, ha echado el cierre un centenar de establecimientos toresanos mientras que Benavente ha perdido casi 200 comercios.

La situación de pérdidas en el sector es muy similar en la última década en toda Castilla y León. La capital con mayor sangría en el sector ha sido Valladolid, con 1.783 tiendas menos que en 2006. Le sigue en el ránking Salamanca, con 882 comercios cerrados, y León, con 848, seguido muy de cerca por Burgos, con 831 negocios menos. Por el contrario, las capitales de Castilla y León que menos pérdidas han experimentado han sido Soria y Ávila, con entre 200 y 300 pequeños comercios menos, según el mismo informe.

Ante esta situación "preocupante", el presidente de la patronal y de la Asociación Zamorana de Comerciantes (Azeco), José María Esbec, hace un llamamiento a la "sensibilidad de los ciudadanos" y al compromiso con los comercios tradicionales de la ciudad. En este sentido, plantea que "las grandes superficies han hecho mucho daño y hay que tener en cuenta otros factores, como el trato y la atención, a la hora de comprar". En este sentido, el presidente de la patronal zamorana aboga por "formar e informar" al sector y a la propia ciudadanía para sacar adelante la economía zamorana, adolecida de una "pérdida de capital humano muy importante" en todos los sectores, también en el del comercio. A su juicio, "una ciudad sin pequeños establecimientos de toda la vida es una ciudad muerta". Por otra parte, José María Esbec muestra su convencimiento absoluto de que el comercio "debe abrir cuando hay más gente", de ahí que se muestre partidario de la apertura en las épocas de afluencia masiva de gente en la ciudad, entre ellas, Semana Santa, "por tener un gran número de clientes potenciales que hay que aprovechar".