Desde finales de 2015, un pequeño cartel de la Junta de Castilla y León cuelga en el vestíbulo del Palacio de Justicia para dejar constancia de las carencias de un inmueble que, de construcción anterior a 1979, deja escapar la energía por unas instalaciones visiblemente mejorables y que han dispuesto de escasas inversiones en renovación y reposición de equipamientos.

Los parámetros que definen el nivel de eficiencia energética del edificio, siete en total, sitúan estas dependencias en el quinto lugar, entre los más bajos, lo que implica que el gasto en iluminar y climatizar las dependencias en invierno y verano podría reducirse en más del 50% si se adecuasen los sistemas existentes (por cada metros cuadrado supone un gasto de 10 céntimos por kilowatio y metro cuadrado).

El estudio realizado por la Junta de Castilla y León estima el consumo de energía en los 148 kilowatios por hora, metro cuadrado y año para iluminar, calentar (mediante calefacción tradicional) y climatizar los diferentes espacios del Palacio de Justicia. Las emisiones contaminantes de dióxido de carbono están también en esos parámetros negativos, de modo que se cifran en 37 por metro cuadrado y año.

La conclusión es que el Ministerio de Justicia invierte mucho más de lo que sería necesario para climatizar e iluminar el inmueble, lo que podría corregirse con una inversión en la modernización de los sistemas que se utilizan en la actualidad, obsoletos y que, "se podrían mejorar considerablemente para obtener un ahorro energético", indica un ingeniero consultado, experto en esta materia.