"Todo hombre es un animal político", cita al filósofo griego, a Aristóteles, Ángel Macías, quien fuera un hombre fuerte del PP, sin desvelar si Ciudadanos será su nuevo destino. Sin pelos en la legua y con la libertad de la independencia tras dejar el PP, critica duramente a Martínez Maíllo, a Rajoy y a un PP que no ha sabido estar a la altura de las exigencias de los ciudadanos.

-Decide dejar el PP que le dio todas las glorias, y algún que otro disgusto, ¿a qué se debe?, ¿cuál ha sido el detonante?

-No se trata de eso. La evolución de la provincia, del país, del PP y, quizás la personal, me han llevado, después de un largo periodo de reflexión, a abandonar las filas del PP. Llevo diez años como militante de base.

-Muy a pesar suyo porque aspiraciones tenía, le fueron cortando las alas?

-Sí, entre otras cosas de democracia interna en el PP, que no se han cumplido. A estas alturas del siglo XXI me cuesta concebir que los partidos sigan con esas prácticas. La sociedad ha avanzado mucho más en ese sentido y llega un momento en el que no te sientes identificado. El PP, en los últimos años, ha tomado decisiones políticas a nivel nacional dispares con el ideario que le llevó a ser casa común del centro derecha.

-¿Se refiere a los recortes?

-A una política centrada en reducir el déficit a base de subidas de impuestos a empresas, a pymes y pequeños autónomos, y trabajadores, frente a lo que siempre se ha defendido desde el centro derecha y la ideología liberal: eso no es lo mejor para que las economías crezcan, todo lo contrario. Las políticas de recortes no las cuestiono, pero no se concibe que la carga de la crisis haya ido a los ciudadanos y no a las administraciones.

-¿Está en contra de las diputaciones?

-Con el estatus administrativo actual son prescindibles, o estructurémoslas para que se conviertan en Administración periférica de la Comunidad Autónoma o delimitemos las competencias de otra manera.

-Cuando coloca el espejo retrovisor y observa el hombre de gran influencia que fue en el PP y en lo más alto a Fernando Martínez Maíllo, que llegó de su mano , ¿qué siente?

-Las cosas hay que verlas en su contexto, hubo un momento en el que tuve presencia en el PP y en el Ayuntamiento de Zamora, pero tenía muy claro que el día que Antonio Vázquez (el alcalde) se fuera, yo también me iría. Lo hice, venía del mundo privado y creí que era buen momento para volver, estaba al borde de los 40 años y, hay barreras que si las superas cada día, es más difícil dedicarte a otra cosa.

-¿Las chinitas para no llegar a otros cargos se las pusieron desde su propio partido?

-Las circunstancias del momento también. Me plantearon dos direcciones generales, ninguna salió y no pasó nada.

-¿No se sintió traicionado?

-Si en algún momento lo sentí, lo he olvidado.

-¿No me dirá que se ha sentido querido por el PP de Zamora?

-No, pero eso es ya prehistoria.

-¿Y oveja negra, despreciado?

-No, nunca. El PP de Zamora tiene la mayor afiliación de base, unos magníficos alcaldes y concejales que lo han hecho uno de los grandes partidos del país. Hoy están muy por encima y por delante de lo que son los dirigentes del PP y eso terminará por romper por algún lado. Siempre he querido sentirme cerca de las bases, de los concejales y de los alcaldes, de la militancia. Unido entrañablemente a ellos y sigo estándolo, con la evolución lógica y necesaria porque cuando alguien no se adapta ocurre que se queda atrás, como les ocurrirá a los dirigentes del PP.

-¿Piensa que es un valor que dejaron escapar?

-No, cada uno es responsable de su trayectoria. Al PP le estoy muy agradecido. Pensé que España necesitaba una reforma que solo podía llegar de un partido de centro y reformista, llevábamos muchos años del PSOE, que fue necesario y transformó España, pero se convirtió en un problema. Quise aportar mi granito de arena y me fui, sin ningún trauma, cuando creí que ya no aportaba nada o que no encajaba en aquel momento, es cierto, con los dirigentes de mi partido en Zamora.

-¿Ha echado de menos alguna llamada al dejar el PP?

-No, porque no la esperaba, no lo dije, lo hice, es un acto tan personal. Alguien del PP decidió dar publicidad a algo tan sencillo como solicitar la baja. He recibido muchas llamadas, evidentemente, y muchos mensajes, eso me lo guardo para mí, los agradezco.

-¿Cuál fue la gota que colmó el vaso?

-Ninguna concreta. No entiendo que el PP haya hecho una campaña electoral expresamente contra la única fuerza política, Ciudadanos, con la que podía pactar. Desde el PP se ha fomentado de manera absurda y estúpida a Podemos por restar al PSOE. Un partido que ha perdido buena parte de esa mayoría absoluta, que tuvo el dominio más absoluto en el Parlamento, en comunidades autónomas, en provincias y municipios, no puede seguir mirando para otro lado como si nada, el mensaje muy nítido de los ciudadanos: es "así no".

-¿Es necesario que el PP se vaya, que dé paso a otros partidos?

-La alternancia es beneficiosa. El PP contribuyó a hacer la mejor política económica que se hizo en España y fue reformando democráticamente el país, también se quedó corto. Después tuvimos la mala suerte de contar con dos presidentes que no han estado a la altura: José Luis Rodríguez Zapatero, un desastre y agudizó la crisis; y Mariano Rajoy, que no puso toda la fuerza y soluciones que necesitábamos.

-¿Qué sensación le produce cada escándalo de corrupción nuevo, escuchar nombres como Rato, Barberá??

-Asco y frustración. La corrupción es connatural al ser humano, el problema es por qué existe y qué controles se ejercen para evitarla y corregirla. Los partidos son plenipotenciarios, elegimos a representantes designados por un grupito muy pequeño y rinden cuentas al partido que decidirá sobre su continuidad, no ante la ciudadanía. No podemos tolerar el secuestro de la voluntad de los votantes por un grupo minúsculo de dirigentes perpetuados en congresos sin el "un militante un voto".

-¿El PP de verdad no sabía de esos casos?

-Cuando hay actuaciones tan generalizadas, es muy extraño pensar que no se puede saber. El PP no ha luchado como debería contra esas actitudes, igual que el PSOE.

-Gurús del PP que exigían a los españoles que pagaran sus impuestos, como Rato, se han llenado los bolsillos.

-Necesitamos una transformación en profundidad de las estructuras de poder y las mayores son los partidos. No podemos seguir con una politización de la justicia como la actual. Los partidos han tratado de invadir todo para tener un mayor dominio, no para dar mayor libertad. El nivel político es cada vez más mediocre, el político que ejerce desde muy joven y permanece termina dañando a su partido y a la propia sociedad, es muy difícil abstraerse de no seguir simplemente para mantenerse.

-Dice esto, pero si le hubieran dejado, habría seguido en política.

-No, no. Tuve la enorme fortuna de entrar cuando quise y el acierto de dejarla cuando lo consideré adecuado, voluntariamente, nadie me apartó. Y, habiendo estado 12 años, si hubiera querido seguir, hubiera podido.

-¿Existe nueva y vieja política, como dice Ciudadanos?

-Existe mala y buena política. La mala está en muchas actitudes de los grandes partidos y de los que surgen, hemos visto en una rueda de prensa como Pablo Iglesias ha seguido la línea de asustar con actitudes claramente totalitarias. Cuando hay propuestas radicales, sectarias como las de Podemos para hacerse su nicho, los demócratas que estamos en otra línea debemos participar en política.

-La última encuesta apunta a que una coalición Podemos-IU, y posterior pacto con PSOE, podría desbancar al PP tras unas nuevas elecciones, ¿posible?

-Sería una mala solución para España. Apuesto porque Ciudadanos sume lo suficiente para que pueda haber un Gobierno de centro derecha reformista o se dé el pacto PP-Ciudadnos-PSOE el tiempo necesario para aportar estabilidad y reformas que necesitamos.

-¿Rajoy debería plantearse no presentarse a las elecciones?

-España necesita un presidente de Gobierno distinto. Me parece evidente que el PP podría tener unos cuantos candidatos mejores que Rajoy. Con la estructura actual de partidos será quien decida si se va o se queda, y su grupo más cercano de control y de poder se encargará de hacer que lo que decida sea lo que se haga exclusivamente.

-¿Sánchez también es una figura amortizada para el PSOE?

-Es difícil contestar. Está claro que, con la pérdida de votos, calificar de éxito la actuación de cualquiera de los dos no es coherente. España se merece un presidente de Gobierno capaz de aunar un consenso, no han podido y deberían pagarlo dando un paso atrás.

-¿Le sorprendió el rápido ascenso de Fernando Martínez Maíllo en el PP nacional?

-No, tiene una trayectoria política muy amplia, apostó por ponerse del lado de Montoro en contra de la Junta y los intereses de la comunidad y le ha dado sus frutos. Me sorprendió que el PP dejara de gobernar en la capital, Benavente, Toro y Morales del Vino y que esté muy cerca de perder la mayoría absoluta de la Diputación. Falla y es cuando el dedo aúrico de Rajoy y sus asesores decide que sea una de las caras jóvenes para representar al PP. No era el premio que merecía quien ni ha hecho por la provincia lo que debía como presidente de la Diputación, ni en el partido.

-¿Ha dejado todo atado para volver si en Madrid le va mal?

-Ni ha dejado la presidencia en Zamora, ni previsiblemente la deje y, si lo hace, lo dejará atado y bien atado, es su forma de actuar, no olvidemos que es el mejor y más cercano discípulo de Dionisio García Carnero y este es, en el peor sentido de la palabra político, el mejor de la provincia.

-Hubo un tiempo en el que usted, Maíllo y Alberto Castro formaron un trío con sintonía.

-Si me permite que peque de falta de humildad, ambos son dos personas a las que cuatro años después de estar en el Ayuntamiento de Zamora traje a la candidatura, lo reconozco y pediré disculpas a quien crea que debo hacerlo.

-Ha estado muy presente en la política local en estos últimos años por la operación del nuevo edificio para el Ayuntamiento, que costará a los ciudadanos más de 5 millones de euros. Se llegó a hablar de comisiones.

-No sé si se ha hablado de eso. La Corporación creyó que era una buena operación, se tramitó un expediente con informes técnicos favorables hasta el final, se hizo un contrato de arrendamiento, no de compra, que se podía rescindir unilateralmente. Otra Corporación consideró que no era conveniente y tomó sus decisiones.

-El Juzgado Contencioso lo anuló y lo tildó de lesivo, ¿es tan difícil pedir perdón?

-En doce años de Gobierno municipal, de los que estoy muy orgulloso, acertamos en muchas cosas y en otras no. Si nos equivocamos algunos al pensar que era conveniente, tendremos que pedir disculpas, pero en aquel momento lo creímos oportuno y no gravoso.

-¿Es consciente de que esos años de gestión dejaron una leyenda negra sobre usted y Vázquez?

-Siempre hay leyendas negras. De alcaldes y concejales anteriores las hay, pero son leyendas. Percibo en la calle, por lo que hablo con los ciudadanos, una buena impresión con carácter general de mi labor, extensible al resto de la Corporación de. Zamora recibió un empujón que echo de menos en la provincia y ahí el PP no ha estado a la altura de las circunstancias.