Los ataques del lobo se han incrementado ligeramente durante el pasado año y lo que llevamos de éste con 124 episodios en 2015 que causaron 609 bajas de reses, sobre todo de ovino y vacuno, y 53 en lo que va de 2016, con 164 bajas. Los datos los ha aportado el delegado territorial de la Junta de Castilla y León, Alberto Castro quien, acompañado por el jefe de servicio de Medio Ambiente, Casto López Cañibano, se ha reunido con las organizaciones profesionales agrarias, debido al malestar que está produciendo entre los ganaderos los continuos ataques lobunos.

La escasez de presas salvajes y carroña con los que alimentarse está en la base de este incremento de ataques del lobo que se dan con mayor frecuencia en Aliste y Sanabria-Carballeda. El control cinegético de la especie terminó con la vida de 25 ejemplares el pasado año, diez en Sanabria-Carballeda, nueve en Aliste-Tábara y seis en la comarca de Benavente. A pesar de ello, indicó Castro, la población lobuna provincial se mantiene estable, con 45 manadas que agrupan en torno a 360 animales.

Además el pasado año se cazaron 670 ejemplares de jabalí y se despacharon 2.900 precintos de ciervos y corzos, aunque se llegaron a cazar realmente menos, 827 corzos y 727 ciervos.