El ciudadano castiga más la prepotencia que los casos de corrupción, cree Manuel Mostaza, analista político que está siguiendo con especial pasión las circunstancias en las que se mueve este nuevo tiempo de la política española, abocado por primera vez a la repetición de elecciones con un pronóstico, además, incierto. Director de Operaciones de Sigma Dos es un espectador privilegiado de lo que sucede pero, dice "soy un científico social, no un adivino".

-¿La repetición de elecciones es inevitable?

-Aunque no es seguro, lo más posible hoy es que volvamos a elecciones y en cualquier caso es una situación que hay que ver dentro de la normalidad institucional, es un escenario que puede pasar, que pasa en los países de régimen parlamentario y tampoco hay que rasgarse las vestiduras por ello. Quizá, eso sí, habría que plantearse acortar el plazo constitucional de dos meses para repetir elecciones.

-¿La única posibilidad, aún inexplorada, de evitar los comicios sería la gran coalición?

-La gran coalición es un escenario pero parece muy complejo, básicamente porque los votantes del Partido Socialista no la quieren. Pero el resto de opciones planteadas también son complejas y por eso nos encaminamos a una repetición electoral.

-¿No hemos sabido, partidos y sociedad, encajar el resultado electoral?

-Llevamos cuarenta años de régimen democrático, nunca había pasado algo así y es verdad que no tenemos costumbre. Pero no es un tema de no saber como encajar o no, porque todo forma parte de la normalidad. Hay un Gobierno en funciones que no es una situación deseable pero si prevista por el constituyente que se ha dado en Holanda, en Italia y en todos los países donde los ciudadanos no eligen a su Gobierno sino congresistas.

-Desde luego a la gente no parece preocuparle demasiado que no haya nuevo Gobierno, sólo al 3%.

-El Gobierno está en funciones, pero el Estado sigue funcionando. La gente en Zamora va al hospital y le atienden, vas al juzgado y te atienden o llamas a la Policía y va. Es verdad que no es una situación buena porque las reformas económicas y estructurales que puede necesitar el país se paralizan. La ciudadanía es sensata y la falta de Gobierno no es un gran problema para los españoles, lo es el paro o la crisis económica y en menos medida la corrupción, pero no que el ministro esté en funciones.

-¿Quién va a cargar con la culpa de no haber logrado formar Gobierno?

-Aún no lo sabemos, porque es una situación nueva. Viendo las encuestas y a día de hoy (pero falta mucho para junio) da la sensación de que los ciudadanos están premiando a los partidos que han tenido una actitud más institucional. Especialmente Ciudadanos que ha transmitido la imagen de que quería Gobierno. Y están castigando una cierta prepotencia en Podemos. En la cultura política de los españoles la prepotencia está mal vista y esta actitud de Podemos de todo o nada, o de pongo el vicepresidente y los ministros da la sensación de que no ha sentado bien en la ciudadanía. Queda mucho para el 26 de junio y las cosas pueden cambiar, pero a día de hoy parece que se premia la actitud institucional y se castiga la prepotencia.

-Pero Ciudadanos también tenía muchas expectativas que o se midieron mal o luego no se cumplieron

-No es cuestión de medir mal. Las encuestas hay que verlas en tendencia porque lo que pase ahora no quiere decir que vaya a suceder al 26 de junio. Ahora si de aquí al 26 de junio un partido va subiendo acabará subiendo. Si hace una campaña que los electores no identifican como buena o la gente no la ve probablemente vuelva a deshincharse. Pero esto no es un problema de las encuestas, que son un reflejo de lo que ocurre en la sociedad, y no se les puede echar la culpa al mensajero.

-Lo decía porque en las encuestas los datos brutos requieren una interpretación, la famosa "cocina", y al no haber experiencia de este escenario es más fácil que se equivoquen

-No necesariamente. Es verdad que con Ciudadanos hubo un desfase. Pero todos sabíamos cuando fuimos a las urnas que el más votado iba a ser el PP, y eso lo sabíamos por las encuestas, no por intuición. Y todos sabíamos que el PSOE y Podemos iban a estar muy empatados. La legislación electoral española es muy paternalista, porque prohibe publicar encuestas a partir del último lunes de campaña, sabemos que las cosas se mueven en campaña y estamos pidiendo a las encuestas que acierten cuando no las dejamos actuar en los últimos cinco días. A veces pedimos imposibles. Pero en general, no solo Sigma 2 sino el resto de institutos de opinión en España tuvieron un acierto bastante alto. El resultado electoral no es algo que esté escrito en ningún sitio y nosotros lo veamos, sino que se construye el día 25, ese mismo día. Hay que transmitir la idea de que el resultado electoral no está escrito, no hacemos pronósticos, si hiciera pronósticos sería rico porque hubiera acertado la lotería, pero nosotros no somos ni brujos ni adivinos, sino alguien que dice lo que piensa la gente un momento determinado

-¿Una posible alianza de Podemos y mareas con IU debería preocupar al PSOE?

-Es pronto para saberlo, pero algo que tenemos claro en estudios electorales es que no siempre uno más uno suma dos. Porque habrá personas que han votado a Podemos pero no han querido votar a IU o al revés. Igual que si se juntaran Ciudadanos y el PP, esto no suma siempre. Sí es verdad que cuanto más te juntes mejor porque el sistema electoral español en realidad lo que marca son 52 elecciones. De ellas dos son mayoritarias, Ceuta y Melilla, porque el que gana se lleva el escaño, y las otras son proporcionales, pero hay muchas circunscripciones, como Zamora, en las que necesitas en torno al 18% de los votos para conseguir escaño: pues mejor si vas junto.

-El PP parece capaz de repetir triunfo. Pero tiene un goteo inacabable de casos de corrupción que recuerdan mucho a los que acabaron con Felipe González.

-Después de muchos años haciendo estudios electorales nuestra sensación es que al final el electorado no castiga la corrupción tanto como parece y ahí hay un montón de casos, como Andalucía o Valencia. Lo que el electorado castiga es la prepotencia. Y posiblemente el fracaso de Felipe González fue más por la prepotencia que mostró que por la corrupción. Y probablemente los castigos que le puedan venir al PP no son tanto por los casos de corrupción. Es verdad que cuando hay una crisis económica como la de ahora la gente está más sensibilizada con la corrupción. Pero miras los datos de nuestras encuestas o del CIS y la preocupación por el paro o la crisis económica triplica a la corrupción.

-¿El "galleguismo" de Rajoy le puede ayudar en este sentido, esa sensación de que nunca pierde la calma, aunque se a costa de no actuar ante los problemas?

-Los electores españoles tienden a premiar la moderación, la mesura, la gente poco exaltada. Rajoy tuvo en 2011 un magnífico resultado, uno muy malo en 2015, pero es verdad que ha demostrado que a día de hoy el Partido Popular parece tener un suelo electoral muy sólido, entre siete y siete millones y medio de votantes. Vamos a ver que pasa si hay elecciones, si este suelo se ve erosionado un poco, mucho o si por el contrario como decíamos en nuestra última encuesta sube incluso un poco. Vamos a verlo, desde luego, es un escenario apasionante si hay elecciones.

-¿Y el papel de Sánchez?

-La sociedad le está premiando haber intentado llegar a acuerdos. Sánchez, que obtuvo el peor resultado de la historia del PSOE, ha hecho una buena gestión postelectoral, con ese intento de formar Gobierno, lo que le va a permitir volver a presentarse. Puede que pierda votos por un lado y los gene por otro.

-Sin embargo teóricamente hubiera podido llegar a presidente del Gobierno.

-Y puede llegar a serlo. Porque lo más probable es que haya elecciones, pero yo tampoco me jugaría la vida; puede haber acuerdo de última hora.

-¿Cual es el reto para los sondeos y analistas?

-El más coyuntura es que las estimaciones que ofrecemos a la ciudadanía sean acertadas, es decir, estén cerca del resultado final, una información que los ciudadanos no podrían obtener de otra manera. Un reto más estructural es transmitir a la ciudadanía que no somos adivinos, porque el futuro, el resultado electoral del 26 de junio, no está escrito en ningún sitio. Somos científicos sociales analizando una realidad muy compleja, la demoscópica es una ciencia basada en las matemáticas. Pero dice lo que pasa hoy, no el día de las elecciones, porque puede surgir un escándalo de corrupción, alguien se ha muerto o haber un atentado.

-¿Se volverán a repetir los resultados de diciembre?

-Los resultados pueden cambiar cuantitativamente poco pero ser cualitativamente muy relevantes. Ciudadanos en muchas circunscripciones se quedó a dos mil votos de conseguir un escaño. Con un aumento de voto porcentualmente muy pequeño, por ejemplo del 13,9 al 14,5%, Ciudadanos podría obtener ocho o diez escaños más y si se los quita a la izquierda igual ya suma para gobernar con el PP. O al revés, imaginemos que Podemos pierde ocho escaños que gana el PSOE, pues no es mucho, pero cualitativamente la posición de cada uno no es la misma. Ahora mismo no parece que vaya a haber grandes cambios, que el PP se hunda o Ciudadanos gane las elecciones, pero sí es posible que esos pequeños cambios que se produzcan generen escenarios cualitativamente diferentes de los vigentes en la actualidad.