Una lección de Historia. Esa es la definición tanto del programa del curso "El Arte en Zamora" que se desarrolla en la UNED desde el próximo martes para hablar de Toro, como de una de las personas que mejor conoce la ciudad sede de Las Edades del Hombre, José Navarro Talegón. El recorrido a través de los siglos por la otrora pujante Ciudad de las Leyes permitirá, no solo conocer su legado románico, sino también la relación entre hechos históricos y estilos y bienes artísticos. Desde el levantamiento del primer recinto amurallado a la decadencia del siglo XVII, pasando por los muchos siglos de esplendor que abanderan nombres de artistas como Lorenzo de Ávila, Sebastián Ducete, Esteban de Rueda o la saga de los Tomé.

Tras la separación de Castilla y León a la muerte de Alfonso VII, Fernando II acude a la frontera del Reino de León -donde se encuentra Toro- para fortalecerla. En este contexto nace el símbolo universal de la ciudad, la Colegiata de Santa María la Mayor. "Se implanta la iglesia mayor quebrando el eje viario que vertebraba el primer recinto amurallado", destaca Navarro Talegón. El arquitecto Claudio Pedrero se encargará de describir el monumento.

Las antiguas parroquias de Toro adoptaron los elementos típicos del arte románico-mudéjar, que cambiaron la nobleza de la piedra por el ladrillo, un material más efímero. Motivo por el que solo llegaron a nuestros días media docena de iglesias, entre las que se cuentan San Salvador de los Caballeros, el Santo Sepulcro o Santa María de Arbás.

Fernando III el Santo fue el artífice de la reconciliación de Castilla y León. Este hecho añadió nuevos territorios más atractivos para los pobladores, como la Bética, cuenta Navarro Talegón. En Zamora, el hallazgo de los restos de san Ildefonso es uno de los grandes argumentos utilizados para evitar el éxodo de los habitantes hacia el sur.

La llegada de Sancho IV y María de Molina permite a Toro recuperar su importancia. "Es la época en la que se remata la Colegiata con el Pórtico de la Gloria y se construye el monasterio más rico de la provincia, el de Sancti Spiritus".

El curso recoge también el periodo histórico de Fernando II de León y Alfonso IX. El doctor en Arte Antonio Ledesma se encargará de hablar de la escultura del momento, dentro y fuera de la Colegiata. Su compañero de pupitre será Sergio Pérez Martín, quien recuperará la "edad de oro" de la platería toresana.

Viajamos al siglo XV, la centuria del rey toresano Juan II. "No es un legado artístico grande, pero sí de obras muy selectas como el sepulcro de alabastro de la reina Beatriz de Portugal, la sepultura de Juan Fernández en San Lorenzo o la portada del Palacio de las Leyes", describe el antiguo Comisionado de Patrimonio.

La emergencia de los Reyes Católicos "contagia" la Ciudad de las Leyes. La prosperidad agrícola del momento es el sustrato que abona los nuevos talleres artísticos, con "representaciones dignificas" que tienen nombre y apellido, Lorenzo de Ávila. Juan Carlos Pascual hablará de la pintura del siglo XVI. Compartirá sesión con la arqueóloga territorial Hortensia Larrén, quien ofrecerá las últimas novedades sobre hallazgos materiales.

Beatriz de Portugal, viuda de Juan I de Castilla, llega acompañada de nobles que lo han perdido todo en la célebre batalla de Aljubarrota (1385), reivindicación de los portugueses. Son familias darán realce al territorio: los Alvares Pereira, los Silva, los Acuña, los Portocarrero y, muy especialmente, los Fonseca, apellido bien conocido por su labor local de mecenazgo artístico. El historiador zamorano Luis Vasallo Toranzo abordará la cuestión después de que José Ángel Rivera hable de la exposición Aqva en calidad de comisario de la exposición.

El siglo XVII toresano tiene un primer tercio "magnífico", representado por los ya conocidos Sebastián Ducete y Esteban de Rueda. El propio José Navarro Talegón, responsable de la Fundación González Allende, se centrará en la segunda mitad, época de decadencia y ruralización. Es el momento del desembarco de una saga de artistas geniales. Son los Tomé. Del padre, Antonio, y sus tres hijos: Andrés, Diego y Narciso, autor del Transparente de la Catedral de Toledo, calificada en la época de octava maravilla. Incluso un sobrino, Simón Gavilán y Tomé, autor de notables obras en Salamanca y León.

En suma un recorrido apasionante por lo que otros hicieron para dignificar y elevar la historia de Toro. "Poco a poco", en connivencia con la UNED de Zamora, "conseguimos que la gente sea consciente del valor de su pasado", resume Navarro Talegón sobre los objetivos del decimoprimer curso sobre arte románico.