El profesor de Historia del arte Juan Carlos Pascual de Cruz (Zamora, 1969) ofreció una extensa visión sobre el pintor Lorenzo de Ávila en la semana del románico de la UNED. El docente de la Escuela de Arte de Valladolid se apartó de los convencionalismos para centrarse en la "época oscura" del artista, anterior a su llegada a Toro, y ofrecer una valiosa hipótesis.

-Lorenzo de Ávila como uno de los grandes artistas de Toro, ¿cuál es su punto de vista?

-Aunque mucha gente no lo sepa, Lorenzo de Ávila se viene a jubilar a Toro. Llega con sesenta años y, en lugar de morirse poco después como era habitual en una persona del siglo XVI, se casa, tiene hijos y monta un taller que suministra retablos para Zamora y otras provincias. En esa faceta de empresario artístico, colabora con él Juan de Borgoña de Toro, un pintor flamenco que viene a trabajar a España que, a partir de 1525, es una especie de satélite de Lorenzo.

-¿Toro es la etapa dorada de Lorenzo de Ávila?

-No, solo es la etapa final. La cuestión es que es tan bueno que en Toro hay obras magníficas, aunque su producción, de tipo industrial, se resiente un poco. Siempre digo que en sus retablos se ve claramente cómo está más trabajada la parte de abajo, la que está más cerca de los ojos del espectador, que las tablas más altas, teniendo en cuenta que Lorenzo cuida hasta el último detalle.

-Siglo XVI en España, ¿cómo son los gustos de los retablos de la época?

-Los retablos se hacen porque hay una necesidad devocional y una relación del arte con la muerte en el sentido de que muchos promotores decoran los lugares donde van a ir al más allá. Es decir, se producen obras para capillas e iglesias para dejar un bonito decorado para la otra vida. Si tienes la suerte de contar con un magnífico pintor, tendrás unas extraordinarias pinturas. En caso contrario, como ocurría en Toro, el resultado no era tan bueno.

-¿Cómo es el Lorenzo de Ávila anterior a Toro?

-En mi tesis, he estudiado a Lorenzo de Ávila hacia atrás. Sobre la etapa de Toro, a partir de 1520, hay abundantísima documentación hasta que se muere a los 97 años, una edad increíble. Tan llamativa que un alemán que vive en Madrid al servicio de Felipe II le regala en testamento una pintura de Lorenzo y destaca en el documento tanto sus cualidades artísticas como la edad a la que fallece.

-¿Dónde encontramos las obras que creó antes de llegar a Zamora?

-He podido rastrear, aproximadamente, donde estuvo. En 1521, trabaja en León y la noticia más antigua que tenemos es de 1507 sobre Toledo. Está al servicio del cardenal Cisneros, quien le encarga dibujos para la manga del Corpus que todavía, hoy por hoy, se saca en procesión tras la cruz del desfile. Cisneros se gastó en hacer esa manga casi tanto como en el retablo mayor de la Catedral toledana. Gracias a esto, he podido establecer un catálogo de obras de entre 1505 y 1525.

-¿Qué otras realidades pudo conocer sobre el artista?

-En el trabajo propongo que existe una obra clave en el Renacimiento español, la sala capitular de la Catedral de Toledo, que yo atribuyo a De Ávila por su estilo. Los historiadores del arte coinciden en que el autor de esas pinturas ha tenido que vivir en Italia entre 1490 y 1510 y que ha entrado en contacto con los pintores umbros y, de entre ellos, uno muy especial. Es Luca Signorelli, autor de la capilla de San Brizio de la Catedral de Orvieto. Volviendo a Toledo, está claro que tiene que ser De Ávila el autor porque el estilo se corresponde la producción toledana y toresana del autor. No obstante, he seguido investigándolo hacia atrás. Yo llamo a este periodo la etapa oscura, desde que nace hasta la primera documentación, materia de un nuevo libro en el que trabajo desde hace cuatro años.

-¿Qué ha podido descubrir de esa "etapa oscura"?

-A pesar de que los medios de un profesor de la Escuela de Arte de León para investigar son limitados, he podido formular una hipótesis que está madurando. Veamos. En el archivo italiano de Siena he encontrado una referencia de 1499 de Luca Signorelli pintando en la abadía de Monte Oliveto Maggiore, en el centro del país transalpino. Allí aparece con un discípulo suyo y con Bartolomé Velasco de Ávila de España?

-¿Quién es ese artista?

-Investigando hacia atrás, encontramos en la historia del arte española un Bartolomé que firma la tabla de una Virgen con el niño en el Museo del Prado y que firma como "Bartolomeus". El estilo se corresponde con los importantes retablos de Fernando Gallego, concretamente, las obras de Ciudad Rodrigo en Salamanca y Trujillo en la provincia de Cáceres. La historiografía norteamericana, que ha estudiado el retablo de Ciudad Rodrigo porque está en Tucson (Arizona), ha llegado a la conclusión de que una parte importante de las tablas pueden estar dibujadas por Fernando Gallego y pintadas por otro artista. Y esa persona es el maestro Bartolomé de la pintura del Prado, del mismo estilo. Los historiadores norteamericanos se preguntan quién es ese maestro Bartolomé, el "padre" de la pintura renacentista.

-Y ahora llega el momento más emocionante?

-Yo propongo la hipótesis de trabajo siguiente. Teniendo en cuenta que los nombres eran completamente arbitrarios en la época -cambiaban los nombres o los apellidos-, resulta plausible que el Bartolomé que trabaja con Signorelli sea Lorenzo de Ávila?

-Es un pintor español discípulo de Signorelli que se apellida De Ávila?

-Si no es él? habría que encontrar a otro. Hablar de esto es delicado porque no manejamos documentación, pero es que tampoco la hay. La historiografía de la época se mueve por hipótesis.

-¿La conclusión?

-Como hipótesis, el maestro Bartolomé que está trabajando en Ciudad Rodrigo y Trujillo con Fernando Gallego es un chaval de 15 años que está aprendiendo el oficio, en 1495 se va a Toledo para ampliar estudios con Pedro Berruguete. Después se iría a Zaragoza y, de allí, a Italia. En Italia llega a Milán, Génova y Roma, donde entraría en contacto con Monte Oliveto Maggiore, Peruggia, Orvieto? Todas las fechas, aunque ajustadas, coinciden. Y aquí, la teoría entra en conflicto con atribuciones de obras a Pietro Perugino.

-El "padre" de la pintura renacentista podría ser Lorenzo de Ávila? Fantástica idea, ¿no?

-Lo es. Pero debemos tener en cuenta que la gran obra del Renacimiento español es la sala capitular de la Catedral de Toledo y yo no tengo dudas de que detrás está la mano de Lorenzo de Ávila.

-¿Existen otras atribuciones de la sala capitular toledana?

-Durante dos siglos se ha dicho que el autor es Juan de Borgoña. Yo planteo que este autor es un personaje vinculado al cardenal Cisneros, una especie de encargado de contratar las obras para el arzobispo. Por eso aparece en los documentos cobrando o pagando los encargos? pero eso no quiere decir que sea el pintor que está detrás.

-No hemos hablado de las obras clave del Lorenzo de Ávila toresano?

-El retablo de los Santos Juanes, la Virgen de la leche y algunas obras en los pueblos. A mí me parecen maravillosas dos tablas de santo Tomás Cantuariense, escenas de la anunciación y la bajada a los infiernos.