Lo que para el exdueño de la inmobiliaria Remesal y Salas fue la consecuencia de la crisis económica, de "la quiebra" de su empresa, y de la inesperada "suspensión de la subasta" de los siete garajes en 42.196,53 euros, para la Fiscalía es una "prueba contundente de una apropiación" y para el denunciante , que firmó "un contrato de compraventa privado" en junio de 2011, "una estafa continuada, un engaño" para "quedarse con el dinero" que el también exdirector de banca transfirió a su cuenta.

El Ministerio Fiscal exigió ayer a la Audiencia Provincial dos años y medio de prisión; y quien no ha podido recuperar ese dinero, un abogado que se representa a sí mismo, 9 años de reclusión, por la agravante de abuso de confianza, por los quince años de amistad que les unía, y la larga trayectoria profesional que avalaba al acusado como solvente agente inmobiliario.

El exdirector de banca insistió en el "engaño suficiente" porque "Salas decía que estaba haciendo gestiones para hacer ver que iba a poder comprar y llevar a buen término el negocio" de los garajes del edificio de Los Momos, en el que "cada uno iba a invertir 21.000 euros", cantidad total que adelantó el afectado y con la que "logra hacerse", con lo que "se produce una disposición patrimonial" y existe "ánimo de lucro" porque "lo saca inmediatamente y lo emplea en otros" fines. Para el denunciante "su intención era quedarse con el dinero para pagar las deudas de la empresa y no para adquirir los garajes".

"Denunciar es duro", indicó durante su declaración, y solo lo hace "cuando llego al convencimiento de que" el que fue su amigo "me había estafado porque veo que hay más estafa". Concretó que, después de que le entregara el dinero, en 2011, el imputado "dejó de pagar la hipoteca" del piso de 600 metros cuadrados que tiene.

La defensa exigió la absolución o la condena a "una pena razonable", ya que M.S.B. carece de antecedentes, dijo -existe solo una condena en firme del Tribunal Supremo a dos años y medio de prisión que todavía no se ha ejecutado- y, en todo caso, solo incumplió el pago de "una deuda aplazada", ya que solo 12.000 euros del total que el perjudicado entregó al exdueño de Remesal y Salas está documentado "expresamente que es para los garajes, el resto no tiene concretado el destino", las cuantías tenían por objeto participar en una subasta, "que podía salir bien o mal y que, simplemente, no salió". En ningún caso, afirmó, eran para adquirir los inmuebles.

La letrada negó el abuso de confianza porque el denunciante "es abogado y director de banca y tiene conocimientos" para impedir que se le estafe, y apostilló que el resto del dinero "se supone" que lo ingresó en la cuenta de M.S.B. "en concepto de préstamo", una afirmación contraria a la versión del perjudicado. La letrada agregó que la actuación de su cliente "no coloca en una situación crítica" al exbancario, quien "ganaba más de 48.000" y "la cantidad" que no le devolvió "no amenazaría su subsistencia". Por último, negó la continuidad de los delitos imputados, existe "solo una deuda aplazada".