"Muy pocas ciudades pueden presumir de haber tenido una escuela de pensamiento judío como la de Zamora", una de las elegidas por los hebreos durante la Baja Edad Media para desarrollar su cultura. Honor compartido con Córdoba, Toledo o Girona, pero poco conocido y mucho menos "capitalizado". Sobre esta base, el Centro Campantón reivindica el papel zamorano en la historia judía ligada al país y declara, sin ambages, que la provincia fue la puerta de entrada de los hebreos al norte de la península.

Argumentos sólidos que han alimentado el estudio y, desde hace tres años, un singular congreso que ha recuperado el sello zamorano en Sefarad, el país imaginario formado por miles de judíos abocados a abandonar España para mantener su identidad mosaica. Así, el cuarto congreso caminará bajo el título "Norte de Sefarad, perspectivas y definiciones". Un título más global, más amplio, para incorporar nuevos estudios y ponencias a finales del próximo mes de junio, entre Madrid y la capital zamorana.

"Debemos tener muy presente que Zamora mira hacia los dos lados, hacia dentro y hacia fuera". El artífice de los tres congresos celebrados en años pasados sobre la huella judía, el profesor Jesús Jambrina, se refiere a la importancia de esta tierra en el desarrollo del pensamiento judío antes de 1492, fecha de la expulsión, y su influencia en la cultura que todos aquellos hebreos se llevaron en sus ligeras maletas hacia el exterior: Portugal, Europa, Turquía, Oriente Próximo o, más recientemente, Latinoamérica. Según Jambrina, la ciudad puede "rentabilizar" esa realidad inmaterial. La otra, la material, fue arrasada con el mandato de los Reyes Católicos, para evitar dejar traza de la fuerte influencia hebrea.

Los protagonista de este año, recién abierto el plazo para incorporar ponentes, serán Gregorio G. Olmos, autor de la premiada novela Yucé, el Sefardí, y Isaac ben Abraham, historiador responsable, junto con Esther Rubio, del Centro Moisés de León. A partir de ahí, habrá nuevos nombres e identidades ya conocidas. A saber, Abraham Haim, presidente de la Comunidad Sefardí de Jerusalén, historiadores como Manuel Laureiro y musicólogas como la canadiense Judith Cohen.

El congreso -que tendrá un prólogo en el Centro Sefarad-Israel de Madrid el 27 de junio- regresa a la UNED, el marco "idóneo" para una actividad de corte académico. Como novedad, una actividad lúdica para responder a la sed de descubrir esta zona de los participantes en estos encuentros. Se trata de un recorrido por diversas bodegas adscritas a la denominación Tierra del Vino. Será el 29 de junio. Un día después, el habitual recorrido por la Ruta Sefardí de la ciudad, que une los Barrios Bajos con el bosque de Valorio a través de parte del casco histórico y la judería nueva, el actual barrio de La Lana. "La intención era realizar un congreso bianual, pero las peticiones de muchas personas hacen que lo celebremos cada año", asume Jambrina. Cuenta atrás para la cuarta edición.

"La ciudad debe capitalizar su importancia en la cultura hebrea"