"Las leyes tienden a favorecer a los ricos, incluso a costa de todos los demás. El resultado es la erosión de la gobernanza democrática, la destrucción de la cohesión social y la desaparición de la igualdad de oportunidades. A menos que se adopten soluciones políticas valientes que pongan freno a la influencia de la riqueza en la política, los gobiernos trabajarán en favor de los intereses de los ricos, y las desigualdades políticas y económicas seguirán aumentando". Esta es una de las conclusiones que se extraen del informe "Gobernar para las élites. Secuestro democrático y desigualdad económica", elaborado por Oxfam Intermón y presentado ayer por José Luis García Quiñones -responsable de la ONG en Castilla y León- en la Biblioteca Pública. El acto estuvo promovido por el Foro Ciudadano de Zamora y presentado por Antonio Gallego.

En su informe, Oxfam Intermón indica que España es uno de los países con más desigualdad de Europa y "teme que, si la desigualdad extrema no se controla, sus consecuencias podrán ser irreversibles, dando lugar a un "monopolio de oportunidades" por parte de los más ricos". Así, aunque "un cierto grado de desigualdad es fundamental para estimular el progreso y crecimiento y así recompensar a las personas con talento", la "extrema concentración de la riqueza que vivimos en la actualidad amenaza con impedir que millones de personas puedan materializar los frutos de su talento y esfuerzo".

No acaban ahí las influencias de la desigualdad porque, según la ONG, "está afectando a la estabilidad social en el seno de muchos países y supone una amenaza seria para la seguridad en el ámbito mundial".

El informe deja algunas reflexiones "preocupantes" sobre la situación económica. Por ejemplo, "casi la mitad de la riqueza mundial está en manos del 1% de la población. La riqueza del 1% de la población más rica del mundo es 65 veces mayor que el total de la mitad más pobre. La mitad más pobre posee la misma riqueza que las 85 personas más ricas del mundo. Siete de cada diez personas viven en países donde la desigualdad económica ha aumentado en los últimos treinta años". Esta "masiva concentración de recursos en manos de unos pocos supone una gran amenaza para los sistemas políticos". Así, "el poder político y económico se separa cada vez más de las personas y es inevitable que aumenten las tensiones sociales".