Las casi 300.000 personas que la capital zamorana ha acogido durante la pasada Semana Santa y el repunte del 10% en la ocupación hotelera en la ciudad han corroborado un "lleno histórico" en la capital que se hace extensible a la provincia, según ratificó ayer el diputado de Turismo en la institución provincial, José Luis Prieto Calderón. El también presidente del Patronato de Turismo de Zamora concluye que el balance "no puede ser más que positivo".

Al margen de las circunstancias meteorológicas, que "siempre condicionan", el diputado alude a la "extraordinaria oferta gastronómica y turística de la provincia en Semana Santa" como uno de los factores que contribuyen al "balance positivo". Un condicionante al que se suma, a su vez, la llegada de la Alta Velocidad y la autovía Ruta de la Plata, "que facilitan la llegada de visitantes".

Benavente, Fermoselle o Toro han sido algunos de los núcleos de población zamoranos que más visitantes han acogido durante la Semana Santa. La inminente llegada de Las Edades del Hombre a la Ciudad de las Leyes el próximo mes de abril hace que el nombre de Toro ya suene entre todos los visitantes nacionales e internacionales, lo que ha aportado también su granito de arena al incremento de turismo en el municipio.

Prieto Calderón valora que el pasado 2015 "ya fue un año de remontada para la economía española y Zamora se nutre, sobre todo, de turistas de España y Portugal". En este sentido, "si en ambos países se produce una mejora de la economía, esto repercutirá en los destinos turísticos de interior", apunta, en referencia a un efecto dominó que beneficia a la provincia de Zamora.

El incremento de visitantes durante la Pasión en la capital es constatable también por los datos que ofrece la Oficina Municipal de Turismo, que registra una subida del 13,75% en demandas de información con respecto a la pasada Semana Santa, según la información facilitada ayer por el Ayuntamiento. Así, durante los diez días de procesiones la oficina local registró 7.461 consultas, frente a los 6.559 del pasado año. Y ello a pesar de que la Semana Santa de 2015 cayó en el mes de abril y con mejores previsiones climatológicas. Esta circunstancia, por el contrario, ha derivado en un descenso de la visita de extranjeros, al menos, en el registro de la oficina turística.