Un imponente andamio metálico recorre cada piedra exterior del convento del Corpus Christi de la capital, en la Rúa de los Francos. Su aparatosa estructura, que parece esconder una larga obra tras de sí, es pura apariencia ya que la actuación que le espera al convento del Tránsito no afectará más que a su cubierta. El edificio será sometido en las próximas semanas a una actuación de retejado para poner a punto la estructura, si se tiene en cuenta que hace alrededor de tres décadas que los tejados del convento no subsanan sus deficiencias.

Aunque las religiosas que residen en el edificio no sufren goteras ni daños mayores a consecuencia del mal estado de la cubierta, sí es cierto que el anidamiento de numerosas cigüeñas que han encontrado su hogar en el tejado ha contribuido al deterioro de las tejas.

En pleno casco histórico y lugar de paso de zamoranos y turistas, el convento del Tránsito llama ahora la atención de los viandantes por el armazón que se levanta a lo largo y ancho de la fachada.

La obra es financiada por la propia comunidad religiosa de vida contemplativa y el plazo de ejecución estará en función de las circunstancias meteorológicas. No obstante, la instalación del andamio está prevista por un mes y medio, un plazo que, según las previsiones, se acortará.

El convento del Tránsito o del Corpus Christi, ya que admite ambas denominaciones, está ubicado frente a la iglesia de la Magdalena y fue fundado en el siglo XVI por las Clarisas Descalzas. Se empezó a construir en el año 1598, aunque sus obras se alargaron en el tiempo. Su claustro, de estilo renacentista, fue declarado Bien de Interés Cultural en el año 1995.