Del Consejo Consultivo a la Consejería de Educación, el leonés Fernando Rey apuesta por una unión entre universidad y empresa para fomentar la empleabilidad de los estudiantes, destaca el valor que aportan los campus a las ciudades, defiende las escuelas rurales y confía en un pacto sobre educación "dejando a un lado las ideologías".

-¿Qué balance hace de estos primeros nueve meses al frente de la Consejería de Educación?

-Ha sido un tiempo muy intenso, en el que he cerrado definitivamente mi equipo de trabajo y la planificación no solo de este año, sino prácticamente de toda la legislatura. Estamos volcados con un trabajo a plena velocidad con los objetivos para este semestre, que tienen que ver con distintos compromisos, como el nuevo sistema de ayudas a las familias para comprar los libros, la aprobación de un plan de atención a la diversidad o la conformación del nuevo mapa de titulaciones.

-Una de sus propuestas es la unión de educación y empresa, ¿a qué se debe este interés?

-Considero que nuestro sistema tiene que fomentar la empleabilidad de los alumnos y son las empresas las que crean empleo. Por eso estamos condenados a entendernos con ellas.

-¿Es más sencillo hacerlo en el caso de la Formación Profesional?

-Sobre todo desde que se ha puesto en marcha el nuevo modelo de FP dual. Precisamente en Zamora funciona de forma espectacular en relación al resto de Castilla y León. Mientras en la comunidad el número de alumnos es menor por el descenso demográfico, en Zamora se mantiene y este curso cuenta con 2.297 alumnos. Además, los niveles de inserción laboral son altísimos, en torno al 70%, y en algunas familias profesionales incluso del 100%. En Mecatrónica y Cocina algunos estudiantes de FP zamoranos han representado a España en campeonatos a nivel mundial.

-¿Cómo vincular la empresa con la universidad?

-Por un lado, fomentando la empleabilidad de los alumnos, orientándolos en el mercado laboral, conectando más con las empresas para que recluten a los alumnos y completen su formación teórica con práctica profesionales. En ese sentido, también hay que fomentar la investigación de los grupos de profesores, que pueden contribuir a llevar a la empresa ideas desarrolladas en las aulas y laboratorios. Eso genera riqueza, dinamismo económico y, potencialmente, empleo.

-¿Se ve ahora la FP como una salida profesional más atractiva que hace años?

-Sin duda. Por un lado, muchos escolares y familias se dan cuenta de que es un itinerario de éxito, que el alumno que se matricula hoy en FP tiene muchas posibilidades de ser contratado al terminar sus estudios, tantas como siete de cada diez. Pero todavía la FP tiene mala prensa por parte de un sector de opinión pública, que piensa que es para los estudiantes que no pueden seguir el itinerario académico ordinario. Y esa es la idea que hay que ir eliminando poco a poco, porque es una alternativa tan digna y de tanta calidad como la de la universidad.

-¿La crisis ha contribuido a que baje el número de alumnos en las universidades?

-En Castilla y León tenemos cuatro universidades públicas, cinco privadas y en torno a 80.000 alumnos. Ha descendido el número de matriculados por el descenso demográfico pero es una de las comunidades autónomas donde más estudiantes hay en la universidad en relación a la población que tiene la edad para estar en ella. Además, tenemos un índice de recepción de alumnos de fuera de la comunidad bastante alto. En relación con la FP, hay que tener en cuenta que uno de los factores más negativos de la crisis es el desempleo juvenil, que además golpea con una particular dureza en Castilla y León y esto profundiza en el factor de la despoblación. De ahí que sea clave retenerlos con trabajos dignos y coherentes con su formación también.

-¿Cuál sería la mejor elección?

-Tanto universidad como FP son itinerarios exitosos. Y también hay que tener en cuenta que los límites entre ellos se van erosionando en alguna medida, en el sentido en que hay universitarios que luego completan sus estudios con una rama de FP como complemento práctico muy importante y valorado por las empresas. Y al revés, hay alumnos de FP que saltan a la universidad. No son dos caminos estancos, sino que se entrecruzan. Además, van a tener que estar formándose permanentemente, porque probablemente los estudiantes de ahora no tendrán el mismo empleo durante toda su vida, sino que tendrán varios con diferentes funciones, quizá incluso en varios países y con varios idiomas. Así que quizá lo decisivo es que la formación, la que sea, primero no se interrumpa a lo largo de la vida y segundo que se convierta en una formación que habilite para tener competencias y capacidades para enfrentarse a escenarios cambiantes, a situaciones personales y profesionales diferentes. Tenemos que ayudar a nuestros escolares a que se vayan reinventando profesionalmente con ciertas garantías de éxito.

-¿Estamos entonces ante un cambio en el modelo educativo tradicional?

-El objetivo ahora no es tanto el de dar contenidos, que hay que darlos, sino que el centro de gravedad tienen que ser las competencias. Hoy en día es fundamental aprender no solo de su materia, sino también hablar en público, saber varios idiomas, tener ideas, capacidad de liderazgo y de trabajo en equipo, enfrentarse a situaciones adversas, disponer de inteligencia emocional?Y hay que ofrezca las herramientas para ello.

-¿Qué lugar debe ocupar la investigación en este proceso?

-Es algo fundamental. Yo mismo como profesor universitario he realizado algunas investigaciones, es algo que no se puede dejar, es como una pasión, una especie de infección creativa. Junto a la docencia, es una función vital de la universidad. En este aspecto se está lanzando ahora mismo una convocatoria de ayudas a la investigación aplicada por valor de seis millones. Es aplicada porque requiere la colaboración con empresas. La idea es que esta investigación universitaria se transforme en desarrollo económico y potencialmente en empleo. A lo largo de este curso vamos a sacar también una línea de apoyo a la investigación básica, porque evidentemente sin ella no puede haber aplicada, es algo que se conjuga. Se hará en estrecha colaboración entre las cuatro universidades públicas.

-Junto a la investigación, el emprendimiento en la universidad también es un factor a tener en cuenta, ¿qué supondrá el Centro de Emprendimiento que supondrá en marcha en el Campus Viriato?

-Espero que mucho, aunque aún es prematuro dar datos. Centros como el que se va a crear aquí servirán para potenciar los campus universitarios, porque están amenazados por la caída demográfica y tenemos que potenciarlos al máximo.

-El profesor Rafael Muñoz de Bustillo presentaba recientemente un estudio sobre el impacto de la universidad en la economía y cifraba en 59 millones al año lo que supone su actividad en Zamora, ¿es la sociedad consciente de este motor?

-Hay que darle más visibilidad, por eso es interesante la realización de este tipo de estudios. Intuitivamente, los ciudadanos sí saben que el campus es un factor de vitalidad de la ciudad, tanto social como demográfica, económica o culturalmente. Por eso tenemos una red muy tupida de campus universitarios en Castilla y León.

-¿Estos estudios ayudan a asegurar la permanencia del campus en la ciudad?

-Existe una preocupación por el campus por el descenso de los alumnos y el aumento de universidades en general. Hay más oferta y más títulos universitarios, está también la FP pisando fuerte y en este contexto es verdad que algunas titulaciones del campus de Zamora tienen muy poca matrícula inicial. El problema en ese sentido no viene tanto por las decisiones administrativas que se puedan tomar por la consejería de Educación como por la USAL, sino por la realidad, que nos dice que como no haya títulos atractivos, va a haber problemas.

-¿Cómo afectará el nuevo mapa de titulaciones en el que se está trabajando?

-En la dinámica del mapa de titulaciones que estamos poniendo en marcha uno de los puntos que estamos valorando y que intentamos que sea un punto central es la creación de un consorcio entre las cuatro universidades públicas para que se impulse la educación virtual. Se trata de una alternativa muy importante para mantener los campus. Por supuesto, esto no va a eliminar la presencialidad, sino que se apunta como un complemento. Va a ser una medida que revitalizará muchas titulaciones.

-En Zamora, enfermería es una de las carreras más demandadas. ¿En qué punto está su nueva escuela, ubicada en el campus?

-Es una titulación con un éxito enorme, y aunque el tema está entre el Ayuntamiento y el Sacyl, el edificio ya está ahí, a punto de ser inaugurado. Se trata de una escuela de éxito y con un altísimo índice de ocupación. Sin duda, es uno de los estudios más atractivo de Zamora.

-Bajando en la escala educativa, ¿en Zamora supone un gran gasto tener escuelas en muchos pueblos de la provincia con un ratio tan bajo de estudiantes?

-Está claro que la bajada demográfica afecta no solo a la universidad, pero se apuesta por mantener estas escuelas. Además, la ciudadanía tiene que saber que es una opción muy propia y singular de Castilla y León. En ninguna otra comunidad autónoma se mantienen escuelas con cuatro alumnos, como ocurre aquí. En general, al tener escuelas con tan pocos alumnos, en los que está el edificio, el profesor fijo más varios de apoyo, se genera una red escolar tupida pero también un enorme gasto, aunque luego los resultados escolares de la escuela rural son muy similares a los de la escuela urbana. Es uno de los aspectos de los que nos sentimos más orgullosos y de esta calidad también hay que felicitar a los excelentes profesionales que tenemos.

-Los próximos días 13 y 14 de abril habrá nuevas huelgas por la Lomce, ¿qué opina de estas continuas quejas?

-Estamos esperando un gobierno en Madrid -porque los autonómicos estamos a pleno rendimiento- y un gran acuerdo sobre educación. A ver si somos capaces de dejar las ideologías a un lado y podemos llegar a un acuerdo, porque la comunidad educativa, tanto profesores como alumnos y familias, están mareados de tanto cambio. Y cambios que además no siempre ha sido para bien.

-¿Hacia dónde se puede avanzar en este tema?

-Es verdad que hay una gran discusión sobre la Lomce respecto a determinados aspectos, pero hay que recordar que los problemas educativos de calado ya venían de antes de esta ley. La Lomce no ha sido el "big bang" de los problemas educativos. Hay que darse cuenta de que estamos en un momento de cambio de civilización y de crisis de la cultura, de todos los cambios que introducen las nuevas tecnologías. Es ahora cuando tenemos que dar un salto hacia la escuela digital, un salto hacia escuela bilingüe, inclusiva, que atienda a cada escolar según su necesidades personales. Realmente tenemos muchas áreas pendientes y no podemos permitirnos el lujo de discrepar radicalmente. Mi deseo, y el del gobierno de la comunidad, es el de buscar el máximo acuerdo posible.