El artista José Luis Alonso Coomonte regaló a la parroquia de San Simón y San Juan esta arqueta como sagrario "por la afectividad que me unía con la gente del barrio, una zona muy pobre", detalla el escultor que comenta que "por entonces trabajaban en esta zona los curas obreros" y su memoria va más allá: "Cuando lo regalé resulta que el párroco era el zamorano Ángel Bariego". La pieza la efectuó en el año 1962, un momento de auge en su carrera y un período marcado por ingentes encargos de órdenes religiosas o iglesias, una vez que en 1960 obtiene la Medalla de Oro de la Bienal de Arte Sacro de Salzburgo y se vincula con Gremio 62.

Sin embargo la trayectoria de artista era desconocida hasta recientes fechas por la parroquia. "El sacerdote apreciaba mucho la pieza porque llevaba muchos años en la iglesia y era un regalo de un hombre bueno, un herrero que tenía dominio del oficio", agrega Macarena Sanz que, tras investigar ha conocido que era obra de Coomonte. Tras localizar al escultor, éste le ha ratificado que la pieza, ahora robada, es una creación suya.