x A las nueve de la noche del pasado viernes, un visiblemente emocionado Alberto Martín inaguraba la cuadragésima edición Pórtico de Zamora rodeado de las personas y entidades que la han hecho posible, entre ellas la Consejera de Cultura de la Junta de Castilla y León, un responsable del Centro Nacional de Difusión Musical, el Alcalde de Zamora y la Concejal de Cultura. Al concierto inagural, denominado "Crudo Amor" y confiado al grupo español Forma Antiqva, asistieron también numerosas personas del mundo de la cultura de nuestro país y un numeroso público, que completó el aforo de la iglesia de San Cipriano.

"Crudo Amor" es, al mismo tiempo, el nombre del último disco de Forma Antiqva, y el título de una de las piezas más interesantes de Agostino Steffani, compositor veneciano afincado en Alemania, de quien se interpretaron diversos dúos para soprano y alto.

Como explicó con acierto y simpatía el director dela agrupación, Aarón Zapico, estos dúos son un compendio de recursos técnicos y expresivos de la Europa del momento, tal y como pudimos comprobar a través de los distintos estadios emocionales ("afectos", por emplear el término propio del barroco), cuidadosamente recreados por las voces e instrumentos. E n la construcción y el desarrollo de la forma musical destacaron el contratenor Carlos Mena y la soprano Eugenia Boix, dotados de timbres de naturaleza y colorido muy distintos, pero admirablemente equilibrados en fraseo, dirección e intensidad expresiva. Deslumbró el oficio de Mena, su experiencia y personalidad a la hora de dar cuerpo, vida al recitativo (especialmente en "Dimmi, dimmi Cupido" y "M se nel tuo bel viso"), con un concepto enérgico de la línea y una atención al texto admirable. En la forma de cantar de Eugenia Boix es más destacable el exquisito cuidado de la belleza de la línea, su búsqueda de un empaste y afinación de consonancias y disonancias perfectos con su colega. Ambos músicos demostraron una sintonía especial en la exigente coloratura de "non bastava al Dio d'amore", la magnífica alternancia de caracteres de los solos de "Sol negl'occhi" o el fascinante número final de Placidissime Catene, construido sobre los graves de la tiorba de Daniel Zapico.

El conjunto instrumental Forma Antiqua ha evolucionado considerablemente desde sus inicios y ha hecho un admirable trabajo musical de los distintos dúos. También han tenido el gran acierto de realizar su propia edición de algunos de los más estimables, como Ochhi, perché piangete -deliciosa página que se inicia con cromatismos y se construye mediante preciosas líneas acompañadas a distancia de tercera- y la tranquila Placidissime catene. En la puesta en música el grupo reserva pequeños momentos de lucimiento para los distintos instrumentistas: Aarón Zapico destacó en un imaginativo continuo del primer dúo, sus hermanos a las cuerdas pulsadas brillaron en el apasionante final de Crudo Amor -el dúo "È la speme un falso bene", en el que el movimiento instrumental se contrarresta con notas tenidas en la voz-, mientras que Ruth Verona dejaba huellas de su activa atención y reacción al canto en numerosos momentos a lo largo de la velada.

El cálido público del Festival se entregó a los aplausos, que fueron agradecidos con dos bises, entre los que destacó una versión especialmente tierna y apacible (con una viva y contrastante parte central) del conocido dúo "Pur ti miro", de la ópera L'incoronazione di Poppea de Monteverdi, en lo que habría de ser la única interpretación de música no escrita por Agostino Steffani.