"Crudo amor. Pasiones y afectos en la voz de Agostino Steffani" es el programa del concierto que el grupo Forma Antiqva interpretará junto a Eugenia Boix y Carlos Mena el próximo viernes (21.00 horas) en la iglesia de San Cipriano. De la filosofía y objetivos del conjunto habla Aarón Zapico, uno de los tres hermanos que componen Forma Antiqva y que, además, ejerce de director.

-Forma Antiqva es un grupo peculiar desde su misma fundación, ¿cómo se ponen de acuerdo tres hermanos para lanzar una formación musical?

-Mis padres siempre tuvieron mucho cuidado en nuestra formación y una inquietud cultural muy grande. Fruto de esta combinación fue matricularnos a los tres en el Conservatorio para aprender música. Yo comencé con el piano y, tras finalizar, cambié al clave. Mis hermanos hicieron lo propio con la guitarra clásica y, después, con los instrumentos de cuerda pulsada del Renacimiento y el Barroco. Juntarnos para hacer música fue lo más lógico y tocar obras del mismo periodo.

-Usted dirige la formación, ¿cómo determinaron que uno de ustedes liderara Forma Antiqva?

-Podemos decir que Forma Antiqva consta de tres proyectos principalmente. Por un lado, está el trío con los tres hermanos. Por otro, el ensemble de seis a ocho músicos y, finalmente, la orquesta con o sin coro. Yo me encargo de la dirección cuando Forma Antiqva se convierte en ensemble u orquesta, porque es necesaria la figura predominante de un director que trabaje con el criterio del conjunto. Desde luego, esto es posible gracias a la generosidad de mis hermanos, Pablo y Daniel.

-¿Por qué la música antigua? ¿Qué es para ustedes?

-Porque fue la que nos atrapó desde el primer momento, donde podíamos expresarnos con mayor libertad y donde nos comportamos como realmente somos.

-Siempre hablamos de que los instrumentos de época son esenciales para interpretar y entender la música antigua, ¿están de acuerdo?

-Desde luego. Interpretar la música, cualquiera, con los instrumentos adecuados y los criterios propios de la época hacen que suene de manera natural y en su mejor forma.

-¿Cómo ha sido su experiencia con las discográficas?

-En general, muy buena. Estamos muy contentos con Winter & Winter, con quien esperamos seguir muchos años. Nos tratan con mimo y, a pesar de la crisis discográfica, siguen en su línea de ofrecer productos muy cuidados y con esmero. Hasta el momento, llevamos ocho trabajos discográficos y todos han tenido una acogida positiva. ¡Qué sigamos así!

-Vienen a Zamora con Eugenia Boix y Carlos Mena. Háblenos de estos dos intérpretes de prestigio.

-Son dos solistas con los que tengo mucha afinidad, no solo en el plano personal sino también en el profesional. Es un gusto trabajar con ellos porque viven la música de la misma manera que nosotros.

-Háblenos de "Crudo amor", ¿es cierto que se trata de composiciones popularizadas por Cecilia Bartoli?

-Puede que hayan sido popularizadas para el gran público pero es repertorio conocido y trabajado por los especialistas desde hace mucho tiempo.

-¿Las voces y sus instrumentos tendrán un sonido especial en la iglesia de San Cipriano, un templo románico del siglo XII?

-No necesariamente. Sonarán muy bien por la reverberación equilibrada de la propia iglesia.

-¿Qué les parece la iniciativa y trayectoria del Pórtico de Zamora?

-Realmente de admirar. Estoy muy contento de volver al Pórtico y de encontrarme de nuevo con Alberto y su público. Me parece un festival con muy interesantes propuestas en todas y cada una de sus ediciones.

-¿Qué opina de que ciclos como este hayan estado o estén en peligro de extinción?

-Considero que es una tragedia, pues es en estos ciclos pequeños donde se fomenta el amor por la música y la afición entre los ciudadanos.

-¿Es una situación característica de la cultura de este país?

-Pienso que la falta de apoyo es una constante, sí.