Casi la mitad de los jóvenes de menos de 30 años de la provincia de Zamora -cuatro de cada diez- vive en municipios de menos de 5.000 habitantes. La traducción en cifras de la proporción se refleja en que 17.000 personas que aún no han alcanzado los 30 años de vida optan por los pueblos pequeños como lugar en el que residir. Por el contrario, más de 25.000 jóvenes eligen Zamora capital, Benavente o Toro como lugares en los que hacer su vida, bien por haber nacido en estas localidades, bien por haberse trasladado de la provincia a los municipios en busca de un puesto de trabajo o de una mejor calidad de vida.

Los municipios de menos de 5.000 habitantes -todos los de la provincia a excepción de Benavente, Toro y la capital- acogen 6.239 niños y jóvenes de hasta 15 años y otros 10.676 vecinos de entre 15 y 29 años. Por el contrario, la capital acoge hasta 7.853 personas de hasta 15 años y 9.655 de entre 15 y 29. De este último rango de edad, en Benavente y Toro están censados 4.569 vecinos mientras que de 0 a 15 años hay 3.849 personas, según los datos de la Dirección General de Presupuestos y Estadística de la Consejería de Economía y Hacienda.

Las cifras de Zamora en cuanto a su población joven residente en los pueblos son superiores con respecto a la media regional. Según los últimos datos de población de la Consejería de Economía y Hacienda de la Junta de Castilla y León, el 30% de las personas de hasta 30 años elige para vivir municipios pequeños frente al 40% registrado en la provincia de Zamora.

En términos regionales, Castilla y León cuenta con más de 300.000 niños y jóvenes de hasta 15 años, de los que más de la mitad reside en grandes ciudades. En el tramo de hasta 30 años, la región registra algo más de 351.000 jóvenes, de los que 109.000 viven en pueblos pequeños por debajo de los 5.000 habitantes.

En cualquier caso, los últimos datos del Consejo Económico y Social (CES) de Castilla y León demuestran en cada uno de sus informes anuales que la provincia zamorana no es capaz de poner freno a su sangría poblacional. Los datos convierten a Zamora en el territorio que más vecinos pierde de la comunidad autónoma, a lo que se suma que es también la provincia más envejecida de su entorno más cercano.