Tres años y seis meses de cárcel por un delito de detención ilegal, un año de prisión por un delito de violencia física y otros doce meses por el delito de amenazas es la petición en el escrito de acusación para el procesado, para quien concurre el agravante de reincidencia en el caso de violencia física en el ámbito familiar.

Por otra parte, las penas se completan con la privación del derecho a la tenencia y porte de armas por tres años, el mismo periodo que se le solicita de alejamiento con respecto a su expareja y víctima. Esta medida supondrá que no podrá acercarse a ella, ni comunicarse tanto telefónicamente o por carta ni de ninguna otra forma, aunque sea a través de terceras personas. Y ello aun cuando la mujer lo solicitara o consintiera.

Además, también se le pide una indemnización para su expareja de 1.800 euros por las lesiones sufridas. Según el informe, le propinó varias bofetadas por la cara y la frente, llegándole a arrancar un piercing. Las lesiones fueron contusiones en la región frontal derecha y en la molar izquierda, además de erosiones faciales y fractura no desplazada de los huesos de la nariz. Todas estas lesiones no tuvieron secuelas.

En su declaración, el procesado reconoció que sí había coincidido en alguna ocasión contada con la víctima a pesar de la orden de alejamiento que pesaba sobre él, pero subrayó que la noche en el que supuestamente ocurrieron los hechos se encontraba en casa de su madre, donde se quedó a dormir. "No la vi en todo el día", subrayó.