El escultor Ricardo Flecha estrenará dos pasos en la Semana Santa de Medina, el Cristo preso, realizado en el año 1989, y Cordero de Redención que, en estos momentos, están ultimando en su taller, con lo que se elevarán hasta cuatro las creaciones de este zamorano en la Pasión de la población vallisoletana.

El Cristo preso es un Ecce Homo, de un marcado dramatismo, que está efectuado en distintas maderas, como negrillo y olmo, presenta hierros a modo de red de pescador que cubre las extremidades inferiores de la imagen y está policromado con óxidos.

La obra el zamorano la vendió hace ya décadas en Madrid y durante este tiempo ha pasado por varios coleccionistas hasta que se exhibió en la muestra de arte sacro Passio, donde la descubrió un industrial de Medina del Campo, que habló con el entonces propietario, la adquirió y la ha donado al centro San Vicente Ferrer. Ahora la Junta de Cofradías de esta localidad vallisoletana ha optado por sacarla en un nuevo desfile que se denominará La Sentencia y saldrá a la una de la madrugada del ya Jueves Santo. "Nunca fue planteado como una obra para procesionar", señala su autor que no oculta su satisfacción con la incorporación de la talla a la Pasión de Medina del Campo.

Por otro lado, Flecha Barrio trabaja para concluir el paso Cordero de Redención que desfilará con el Cristo en brazos de la muerte que ya realizara para la Cofradía Cristo en su mayor Desamparo que en un año de existencia supera el centenar de hermanos que procesionan la madrugada del Viernes al Sábado Santo.

El pasado otoño representantes de la hermandad y de la junta de cofradías de Medina le encargaron al escultor zamorano la realización de "un calvario con un terrazo", pero el escultor les presentó "un planteamiento más rico, simbólico y hasta ahora nunca realizado". El zamorano ha diseñado un calvario después de la muerte Cristo en el que "Jesús está representado por un cordero sacrificado en un ara, la sangre de la cruz se junta con la del cordero, que desembocan en un cáliz, y del costado de la cruz, como del costado de Cristo, brota un manantial de agua", describe el artista que representa de modo alegórico y simbólico los sacramentos de la penitencia, la comunión y el sacerdocio a través de la sangre del cordero.

"Es una obra muy catequética y en la línea de lo que ha sido la tradición de la Iglesia respecto al sacrificio de Jesucristo en la cruz", defiende el delegado diocesano de Patrimonio, José Ángel Rivera de las Heras que ha asesorado teológicamente a Ricardo Flecha y que tras ver el proceso de creación estima: "Es un tema muy atrevido y novedoso desde el punto de vista escultórico que sí se había abordado de manera pictórica".

El novedoso planteamiento fue acogido favorablemente por la cofradía. "Flecha nos presentó una pieza que iba en la línea de la imagen de Cristo en brazos de la muerte", argumenta el secretario de la hermandad, Fernando Pascual que acude con regularidad para ver la evolución de la obra. "Apostar por esta pieza no es ningún riesgo al ser una obra del mejor escultor vivo de la región", sostiene al tiempo que el cofrade Francisco Gutiérrez menciona "el cordero que me ha parecido impactante".

En el conjunto, todavía inconcluso, llama la atención la cruz, de 2,50 metros de altura y realizada en pino. En su parte superior tiene el "titulus crucis", en hebreo, el latín y en griego escrito al revés al estar inspirado en la reliquia del Titulus, mientras que a unos 30 centímetros de la base surgirá "el agua que va hacia una concha en un lateral", describe el escultor.

El cordero, realizado en poliéster, divide la base del paso en dos zonas. En una parte del suelo, que irá policromado, presenta la redención, que es donde estará el agua y la sangre con el cáliz. La inclusión de este elemento "estaba pensado para situar el cáliz que hay en Medina, réplica del Santo Cáliz de Valencia, pero no lo han autorizado", puntualiza el artista. El segundo bloque engloba los símbolos de la pasión, como los clavos, las tenazas o la corona de espinas realizadas en madera junto con una calavera, una serpiente muerta, en referencia al pecado, y un sapo, símbolo de las pasiones, todos realizados en madera y que serán policromados.

Respecto al coste de Cordero de redención, que desfilará en andas, "hemos llegado a un acuerdo ellos pueden desfilar con el paso hasta que logremos un justiprecio porque mi propuesta era más cara de lo que ellos querían", asegura Ricardo Flecha que subraya: "La cofradía no me han puesto ninguna pega, me han dejado total libertad y el resultado es bueno".