-¿Qué opina de este tipo de actividades que realiza Manos Unidas en los colegios con gente como usted, al inicio de sus campañas?

-Creo que son muy importantes, los chicos escuchan con atención, preguntan y creo que algo les llega. Ellos viven en un mundo de invitación al consumo por todos los sitios y la familia a menudo también contribuye a ello. Yo lo disfruto, porque veo que les llega mi mensaje, poniendo nombre e imagen a las historias que les cuento.

-¿Es una manera de impulsar las vocaciones, ahora que han bajado tanto?

-Es verdad que las vocaciones han bajado, pero también es verdad que hay mucho voluntariado entre los jóvenes en la actualidad. Además, los voluntarios aportan su servicio a las comunidades a las que van, pero también reciben mucho más de esa cultura diferente. Cuando vas con una actitud abierta de aprender de ellos la acogida que obtienen es mucho mayor.

-¿Tiene ganas de regresar en un futuro próximo al trabajo de campo?

-Por supuesto, cuando termine este servicio y mientras tenga salud, allí estaré.