La Fiscalía está convencida de que existe una banda organizada detrás de los cuatro acusados de robar en una joyería de Benavente, de la que se llevaron 100.000 euros en piezas el 17 de agosto de 2011, a las 19.30 horas, delito por el que exige cuatro años de prisión, uno para cada uno de los imputados. La acusación pública se basa en "la certeza" con la que el propietario del establecimiento les señaló, "con seguridad", según la Guardia Civil, a los cinco imputados, uno de ellos fallecido durante la investigación de los hechos.

"Era una trama organizada" que actuaba en diferentes puntos del país, itinerante, explicó uno de los dos agentes en el juicio celebrado en el Juzgado de lo Penal, en presencia de solo dos de los cuatro procesados. El modus operandi es que "uno vigila la puerta" de la joyería, en este caso una mujer, "y trata de captar la atención de quienes intentan entrar al local" mientras sus compañeros están dentro, tratando de robar.

Al mismo tiempo, entran en la joyería dos hombres y dos mujeres que simulaban ser parejas e ir por separado a comprar, una de ellas pide ver determinadas joyas, momento que la otra pareja aprovecha para preguntar al joyero sobre una pieza que se encuentra en el escaparate expuesta. Cuando el dueño de la joyería, en este caso de Banavente, salió para ver a qué pieza se refería, la pareja que se quedó dentro accedió a la caja fuerte de la que el dueño del establecimiento había extraído las mantas con alhajas, quien había dejado las llaves puestas ante la premura en atender a los otros clientes. El fácil acceso a la caja fuerte facilitó la rápida acción de los ladrones, que se llevaron varias mantas con objetos valorados en más de 100.000 euros. El seguro no cubrió los daños del robo precisamente porque las llaves estaban puestas, lamentó el titular del negocio durante el juicio. El hombre, aterrado, no quiso dilatar su declaración y a preguntas de la fiscalía y de los abogados respondió que "me ratifico en lo que declaré en su día", una declaración que para los guardias civiles no dejó lugar a dudas sobre quiénes eran los ladrones.

Hasta seis identidades

Sin embargo, los abogados de los cuatro imputados incidieron en las dudas sobre la identidad de los procesados, para pedir la absolución e insistir en que los nombres de algunos de ellos no coinciden con el que utilizan y en que el aspecto físico de una de ellas tampoco se ajusta a las imágenes que recogieron las cámaras de seguridad de la joyería.

Uno de los acusados tenía hasta seis identidades diferentes, por lo que fue preciso identificar las huellas, subrayó uno de los guardias civiles para justificar la imputación. Mientras la Fiscalía mantuvo que los cinco acusados actuaron "de forma coordinada" y que dos de ellos tenían usaban diferentes, los abogados insistieron en este último aspecto para justificar en la falta de pruebas la imposibilidad de condenar a los procesados, que negaron estar en Zamora el día del robo.