Residente en Nueva York desde hace décadas, donde dirige la fundación Círculo de la Hispanidad, de ayuda a inmigrantes latinos, el zamorano Gil Bernardino, natural de Tapioles, relata su experiencia con una de las tempestades de nieve más importantes ocurridas en la costa este americana.

"La tempestad de nieve que el pasado sábado cayó es prácticamente del mismo nivel de la que rompió record en más de un siglo en la ciudad de Nueva York en el año 2006, con pérdidas billonarias. El gobernador Cuomo, del estado de Nueva York, declaró el estado de emergencia, igual que el alcalde Blassio de la ciudad. Además, se prohibió circular por carreteras y calles", relató.

Sobre sus propias vivencias, Bernardino explicó que, "como millones de personas, pasamos el sábado encerrados tranquilamente en casa. Saqué queso de oveja de mi tierra y jamón, con un buen vino español y mi tortilla española riquísima y disfruté junto con mi esposa Sarah de la caída de la nieve, y la maravillosa e impresionante altura de las olas muy cerca de mi balcón", resumió . "Tormenta y luna llena combinados es una mezcla peligrosa", añadió sobre la situación que se vivió en la ciudad.

Aunque la tranquilidad fue la nota predominante desde su experiencia, reconoció que "por desgracia, hubo muertos por diferentes razones y grandes pérdidas económicas". Tras la tempestad llega la calma y en esa situación se encuentran ahora. "Las temperaturas por encima de los cero grados ahora ayuda a que se deshiele la gran acumulación de nieve cuanto antes. Y no hay "pistas" de hielo, como ocurre otras veces cuando nieva".

La organización Círculo de la Hispanidad y la escuela pública que tiene ya abrió sin problemas a comienzos de la semana. " Muchos miles, sin embargo, no pudieron ir de Long Island a Manhattan porque varias líneas de trenes no funcionaron", apuntó.

Finalmente, sobre las causas de esta situación, tiene sus propias teorías. "Me preocupa le erosión de nuestra playa en Long Beach. Espero no tener otra tormenta como esta y que la madre naturaleza no nos siga castigando por el abuso que los humanos llevamos a cabo cada día y por muchísimos años. Dicen en nuestro país aquello de que la avaricia rompe el saco. En mi pueblo, Tapioles, también hubo una inundación recientemente en diferentes zonas del término sin que llegara a las viviendas y yo me alegro muchísimo desde la distancia", terminó, para invocar por que se trate "con respeto a la madre tierra".