"Pido perdón a la Diputación y reconozco públicamente que el Ramos Carrión carece de barreras arquitectónicas". Sin ocultar su pesadumbre, el presidente de la Fraternidad de Enfermos y Discapacitados de Zamora, Gregorio Luis Carretero, da un paso atrás al constatar "in situ" la existencia de dos aseos adaptados y dos accesos directos a la zona de proyección de vídeos de la sala de exposiciones. Él mismo pudo comprobarlo ayer en una visita particular al teatro de la Diputación en la que recorrió cada rincón del edificio para comprobar su accesibilidad.

La maraña de acontecimientos tuvo su punto de partida el pasado martes, cuando el portavoz del colectivo comparecía junto al portavoz socialista en la Diputación, Antonio Plaza, para criticar "la falta de baños accesibles y la imposibilidad de entrar a la sala de proyecciones del Ramos". Sin embargo, el aseo estaba. Y no solo uno, sino dos, ubicados tras una puerta corrediza de madera frente a los dos baños de uso habitual de la sala de exposiciones. El problema fue que Carretero no los encontró. Y no los vio porque "cuando pregunté, la persona que estaba al cuidado de la exposición no me llevó hasta ellos, solo me mostró los baños sin adaptar de hombres y mujeres en los que, obviamente, no entraba ni podía maniobrar". Esta circunstancia fue la que llevó a Gregorio Luis Carretero a "hacer una reivindicación pública ante los medios de comunicación tras el ofrecimiento de Antonio Plaza". Sin embargo, "tengo que decir que me he sentido utilizado", añade Carretero, sin dejar de hacer mención a la visita que todos los diputados hicieron el pasado día 8 al Ramos Carrión a petición del propio Plaza y donde pudieron conocer toda la infraestructura. Es por ello que Gregorio Luis Carretero se muestra "defraudado y engañado".

La historia de los aseos del Ramos ha sido finalmente un episodio de corto recorrido y resuelto en solo dos días. A las dos horas de la denuncia socialista -en la que el propio Antonio Plaza exigió "responsabilidades políticas" y anunció la presentación de una moción en el pleno de la Diputación-, el diputado José Luis Prieto Calderón mostraba el Ramos para demostrar la inexistencia de barreras arquitectónicas. La pregunta de fondo era evidente: "¿Cómo un edificio recién rehabilitado como el Ramos no iba a cumplir con las condiciones de accesibilidad?". Tras dos días de idas y venidas, el capítulo está zanjado y aclarado.