Los viajeros que realizan turismo rural en la provincia de Zamora realizan un gasto medio en alojamiento y comida de entre 40 y 60 euros por persona y día, mientras que en la realización de actividades desembolsan por debajo de 20 euros. Los turistas que eligen el espacio rural zamorano para pasar una estancia tienen una media de 42 años, escogen fines de semana y puentes, y alquilan un alojamiento completo en lugar de habitaciones, según los datos recogidos por el Observatorio de Turismo Rural 2015. El 21% de los turistas rurales en Zamora repite en el mismo alojamiento.

Mientras tanto, los zamoranos que hacen turismo rural en otros destinos realizan entre dos y tres escapadas rurales al año y seis de cada diez eligen una comunidad autónoma distinta para viajar. La limpieza del alojamiento, el paisaje y el precio son, en ese orden, las prioridades que elige un zamorano a la hora de hacer turismo rural.

El perfil de los empresarios de este tipo de turismo en la provincia de Zamora es el de un empresario que no supera los 50 años y que, en el 70% de los casos, combina esta actividad con otra profesión. El alojamiento es de alquiler íntegro y tiene capacidad para una media de trece personas. La mayoría de sus clientes provienen de Madrid, Castilla y León y País Vasco.

El exceso de oferta, la estacionalidad de este tipo de turismo y la competencia desleal figuran como principales problemas del sector.

Menos de la mitad de los propietarios de turismo rural en la provincia de Zamora no ofrece un sistema de reserva online, mientras que el 36% de los clientes prefiere reservar por este medio. La elección de alojamiento a través de Internet o teléfonos móviles adquiere cada vez mayor peso en España, mientras que en Castilla y León el dato está ligeramente por debajo.

Cuando el viajero está organizando su viaje y ya ha decidido que su destino será Zamora, acostumbra a realizar la reserva con una antelación de entre una quincena y un mes previo a la estancia. Este índice es sólo tres puntos por encima que la media nacional, pero en las antelaciones superiores al mes, el índice cae en 7 puntos al compararlo con el resto de España. Así, los clientes de turismo rural en la provincia son lo suficientemente previsores como para establecer comunicación con ellos y que la casa rural ejerza como embajadora del destino antes de la estancia. Por otro lado, una política de incentivación de la reserva con más de 30 días de antelación podría aportar mayor estabilidad al calendario de ocupación del propietario, según refleja el Observatorio de Turismo Rural de Castilla y León del ejercicio 2015.