Los amantes de lo ajeno mantienen en el Hospital Virgen de la Concha uno de sus "paraísos" más frecuentados. El botín está asegurado: dinero, joyas, bolsos e incluso prendas de vestir. Todo aquello que tenga una mínima salida en el mercado negro y que les permita ganarse un dinero se convierte en objeto de deseo de los cacos, cuyo historial delictivo en el centro sanitario es ya legendario. Y, según parece, difícilmente evitable. La experiencia de los sanitarios y el personal que trabaja en el Virgen de la Concha es igual de amplia que el número de robos ocurrido en el complejo hospitalario. Ni vestuarios, ni oficinas ni habitaciones. Los ladrones no respetan nada. Con una habilidad asombrosa, logran hacerse con el botín y salir indemnes.

Tal es el caso, que en las paredes se advierte de la posibilidad de llegar vestido y salir con lo puesto del hospital. "¡¡¡Cuidado!!! Nos roban todos los días". El mensaje de varios carteles que cuelgan de las paredes de algunas plantas es tajante. Los hurtos y robos se cuentan más que por decenas..., al año. Y, ante el peligro, lo mejor: informar hasta de viva voz. Lo relataba un enfermo, al que el propio personal sanitario advirtió de que no dejara nada de valor ni en el armario ni sobre las sillas si abandonaba la habitación, a riesgo de quedarse sin ello.

Últimos casos

En septiembre del año pasado, la Policía Nacional investigaba el robo de las taquillas de tres trabajadores del Hospital que se quedaron sin un móvil y sin 700 euros. En junio de ese mismo año, el Juzgado de lo Penal celebraba el juicio contra un acusado de robar dos bolsos de marca, valorados en 1.000 y 700 euros, dinero, joyas y tarjetas del banco, al que se exigían dos años de prisión. El procesado acudió a la habitación de una enferma. Nadie le vio ni entrar ni salir, pero el uso de las tarjetas le delató. Había cometido dos robos más en el centro.