La huella sefardí de Zamora ha concitado el interés de investigadores y en expertos en los últimos años, como prueban los congresos organizados por el Centro Isaac Campantón. Zamora, la ciudad del Románico, ahora comienza a hacerse un hueco dentro de los circuitos del turismo sefardíes. Es el caso del itinerario de los criptojudíos o conversos que impulsa la asociación cultural sin ánimo de lucro, Roots of Sefarad (Raíces de Sefarad) en el oeste de la península ibérica.

"Hay una gran cantidad de documentación que atestigua la presencia judía en Zamora, por lo menos desde el siglo XIV, e incluye un importante centro de estudios talmúdicos. Además, durante los pogromos de 1391 muchos judíos huyeron a Zamora desde el sur de España. Sin embargo, el público en general desconoce la importancia de Zamora en la historia judía", expresa Linda Jiménez Glassman, directora de Roots of Sefarad, un colectivo que promueve la organización de visitas guiadas, altamente especializadas, a los sitios con herencia judía en España y en Portugal.

Esta mujer, miembro activo de la comunidad judía de Madrid, ha visitado Zamora y Fermoselle junto al arqueólogo retirado y director de programas del colectivo, Ami Barr, a fin de incluir ambas poblaciones en la ruta de los conversos. "Antes de seleccionar una localidad la visitamos para comprobar si haya elementos de interés, pues a veces te dicen que existe una huella judía y solo hay unas piedras", ejemplifican.

En el caso de la capital, ambos la habían visitado hace más de un lustro, han actualizado su conocimiento y en la zona más antigua de Fermoselle han comprobado que "hay rasgos judíos, que todavía están en estudio", remarcan.

Los estudiosos han visitado la antigua judería o la Cueva Árabe, ubicada en la plaza de santa Lucía, que "corresponde plenamente a las medidas de una sinagoga. Yo vivo en Galilea y allá hay sinagogas del siglo V o VI y son del mismo tamaño, tenían que tener una buena acústica, como es el caso", subraya el arqueólogo, Ami Barr; mientras que Linda Jiménez Glassman ahonda: "Reúne todas las condiciones de una sinagoga medieval: la orientación, la acústica y el tamaño. También los recintos laterales que bien pudieron ser la sección para las mujeres". Además, Ami Barr lamenta el cierre de la Hostería Real. "Tuve la suerte de conocerla y en ella vi, sin duda, una mikve, un baño ritual judío, similar a las antiguas que hay en Israel", testimonia.

Tras visitar la provincia y poblaciones de Tras os Montes, Raíces de Sefarad Zamora incluye a Zamora en la ruta "Las huellas de los criptojudíos" que parte de Madrid y contempla el conocimiento de Segovia y de Zamora para luego dar el salto a Portugal donde está previsto conocer Miranda do Douro, Carçao, Braganza, Vila Nova de Foz Coa, Guarda, Trancoso, Belmonte, Covilha, Castelo de Vide, Marvao. En Valencia de Alcántara el recorrido regresa a España donde los turistas visitarán Cáceres, Hervás, Béjar, Candelario, Ávila y concluirá en Toledo. "Todavía no sabemos cuándo acompañemos a interesados", señalan desde Roots of Sefarad al tiempo que aluden a que los recorridos "están pensados para todas las personas que tengan curiosidad por la historia y cultura judías de España y Portugal y pueden ser guiados en español, inglés, hebreo y francés".

Los responsables del colectivo cultural tienen claro que los que interesados descubrirán en Zamora el barrio judío antiguo, la Cueva Árabe, verán la menorah en la iglesia de San Ildefonso y, si está abierta, el mikvé que está en la Hostería Real.

En su recorrido los expertos en cultura judía estuvieron acompañados por Gregorio González Olmos, que reside en Zamora y que en su novela "Yucé El Sefardí" recrea la España de la expulsión de los hebreos. El escritor, ganador del último premio Felipe Trigo, defiende que "es estupendo que Zamora se incluya en estas rutas porque se trata de una huella cultural que hay que recuperar".

Desde el centro Isaac Campantón, su representante María Antonia Muriel Sastre, apunta que "Zamora no solo fue lugar de paso en 1492, luego volvieron muchos judíos de los que se fueron a Portugal". La historiadora que ha profundizado en los conversos que vivieron en Zamora explica que "fue el grupo más maltratado porque no fueron creídos ni por los judíos ni por los cristianos. Además, desde este colectivo lamentan los actos vandálicos que han sufrido varios de los hitos ubicados en la ciudad que señalan lugares del pasado sefardí de la ciudad. "Es una ruta cultural más que enriquece a Zamora".