La fecha prevista para su alumbramiento según los médicos era el 1 de enero. Y ese ha sido el día en el que ha nacido el pequeño Jesús Bardal Rodríguez. Pasaba más de una hora del estrenado año cuando el niño vino al mundo. A las 01.45 horas del primer día del año quiso nacer Jesús que ha pesado 3,750 kilos y ha medido 52 centímetros.

"Me ingresaron el pasado día 30 de diciembre y al final me provocaron el parto", explica su exultante madre que no deja de mirar al pequeño. Tampoco se separa mucho del bebé, su padre, Esteban. Este hombre, camarero de profesión igual que la progenitora, reconoce que "ni comí las uvas ni nada, pese a que me las ofrecieron" y asevera: "Mi preocupación era que naciera y saber cómo se encontraban tanto la madre como el hijo", dice con una amplia sonrisa.

La pareja, que reside en el barrio de Los Bloques, bromeaba sobre la posibilidad de que tuvieran que acudir deprisa desde su domicilio. "Vivimos a unos minutos del hospital por lo que si el parto se hubiera adelantado llegábamos andando en solo unos minutos, pero al final todo fue de otra manera", comenta ella, la única fémina de cinco hermanos.

Jesús Bardal Rodríguez supone el sexto nieto en la familia de su madre y el quinto en la de él, pero contar con más nietos no restó interés en ambas familias por conocer al nuevo integrante de la prole. Sentado en un sillón de la habitación del Complejo Asistencial de Zamora uno de los abuelos bromeaba sobre el futuro de su nieto. "¡Es fundamental que tenga salud, que estudie y que encuentre trabajo!", para un instante más tarde proseguir: "¡Que sea futbolista que esos sí que viven bien!", comentaba entre risas el hombre que aseguraba que "lo importante ahora es que los padres tengan trabajo". Además, este abuelo tiene claro que "si hay que ayudarles con el niño, se les echará una mano".

Ajeno a todo, el bebé duerme plácidamente observado además de por tíos y abuelos, por sus padrinos. "Somos amigos de toda la vida y seguimos con gran interés el embarazo", explica Erika Refoyo, mientras que Roberto Oliveros confiesa abiertamente: "Estamos embobados. Es tan pequeñito y tan bueno", comenta. "Esta noche, que dicen que suele ser mala, no nos hemos enterado de que ya teníamos al niño con nosotros. Ha dormido muy bien", detalla el padre.

El nacimiento de Jesús no fue el único que se produjo ayer en el Complejo Asistencial, pues a las 07.23 horas también nacía la primera niña zamorana, Adriana Blanco Martínez.