La experta Beatriz Sanjuán ha impartido recientemente el taller "Escalera de libros" en dos sesiones una dirigida a padres y profesionales de la educación y otra a los niños en la Biblioteca Pública del Estado.

-¿Desde qué edad debe contarse un cuento?

-Desde cuando quiera un adulto. El niño lo que entiende desde que nace es la intención de la voz. Muchas veces cuando cuento historias a bebés más tarde cuando aprenden a hablar, las reproducen. El sonido de nuestra voz les calma, les gusta. También necesitan y aprecian nuestra voz en un registro más poético. Muchas veces les contamos cosas, aunque solo sea de manera instintiva cuando estamos relajados, aunque si nos sentamos a reflexionar pensamos que no se enteran. Cometemos un error porque no comprenden lo que tú tienes en la cabeza, pero son cosas fundamentales para nuestro bebé.

-¿Qué les aporta esa comunicación espontánea?

-La certeza de sentirse queridos. Estás ayudando a construir una identidad positiva a través de la palabra.

-¿Palabra inventado o palabra leída?

-En realidad las dos conviven. Es un tesoro que hemos ido construyendo durante miles de años que pertenece a la comunidad cultural en la que naces y donde existen personajes como por ejemplo la figura del lobo, que a todo niño le fascina en Centroeuropa, o en el Mediterráneo convive con la figura de la cabra. En cada lugar existe un animal que cumplen esa función cultural y cuando ya lo cuentas a tu propio hijo se convierte en algo propio, de tu familia, en el recuerdo de tú cuento aunque lo sea también de miles de niños más.

-¿Qué resulta más importante compartir la lectura o bien la propia narración?

-Lo importante es compartirlo. Antiguamente cuando no se sabía leer compartían el amor por la palabra a través de la oralidad. Ahora todo el mundo mayor de 40 años está alfabetizado y sin embargo no tenemos el conocimiento de la tradición oral, que hemos perdido con el cambio de vida, de manera que la gente cuenta cuentos a través de la base de los libros.

-¿En qué momentos debemos apostar por los relatos?

-Es importante el momento y el espacio que se dedica a la palabra. Además, hay que dejar que el ritmo lo marque la propia narración sino es como leer el prospecto del medicamento. Hay que disfrutar y valorar la palabra gratuita. Podemos optar por momentos relajados o también de juego como pueden ser en casa o en parque. Recuerdo que cuando columpiaba a mis hijos les cantaba y se acercan otros niños porque el acompañamiento de la palabra con el momento les gusta de hecho los juegos de calle, que se han perdido, siempre fueron así.

-La ilustración no es lo que más llama su atención.

-Los dibujos nos llaman la atención a los adultos a los bebés les cautiva el ritmo y la repetición.

-Acercarles al mundo de la narración antes de empezar ellos a identificar letras, ¿les ayuda luego a asentar su capacidad lectora?

-Les ayuda muchísimo porque despreciando el valor de la palabra estamos influyendo en su capacidad lectora. No se trata de leerles más para que luego lean mejor. Para el niño la lectura será una necesidad que van desarrollando. Van a copiar lo que nosotros hacemos y si en casa se le da un valor y si ha sido un momento importante en la escuela, querrán reproducirlo.

-Llegan los Reyes y Papá Noel y en las peticiones se olvidan los libros para los prelectores y los niños.

-Cada vez se va avanzado un poquito. Es solo probarlo para darte cuenta de que comprar un libro a un bebé es la mejor inversión que puedes hacer. Compras un juguete y muchas veces acaban o en la basura o en un rincón de un armario, sin embargo un libro que le gusta a un peque lo va a leer cientos y cientos de veces, es un tesoro para toda la familia. Yo siempre recomiendo primero la biblioteca y luego, la librería. Tienes que ir probando con el material que cogen en préstamo y encuentras un libro que no lo quiere devolver, y que tienes que acabar comprándoselo.

-A la hora de elegir un libro para un bebé o un niño de corta edad debemos de tener en presente que...

-Al primero que tienes que escuchar es al propio bebé que sabe decirte cuándo un cuento le gusta, se lo notas. Les cuentas algo y están encandilados con tus palabras. Hay que escuchar y mirar siempre al bebé y buscar la interpretación de lo que te está comunicando. Además existen muchas vías de selección. En las bibliotecas hay muy buen fondo y pueden asesorar con un buen criterio al igual que en una librería especializada en infantil. Además en Internet hay muchas páginas especializadas como la de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez.

-¿Qué momento vive el mundo editorial de los prelectores?

-El sistema que tenemos ahora es el de las novedades, como en los adultos. Un libro sale, lo invade todo y tras seis meses, prácticamente desaparece. Ese sistema no me gusta ni para los adultos y para los bebés es un suicidio cultural porque ellos necesitan la repetición y nosotros la experiencia de ver cómo ellos reaccionan para ver si es un libro que le gusta o no. Además aparecen novedades muy interesantes para los bebés que están apareciendo con una mayor celeridad.