Promover el desarrollo rural de la provincia y la calidad de vida de los vecinos de los pueblos son los objetivos que subyacen tras el protocolo de colaboración firmado ayer en la capital por las diputaciones de Zamora, Salamanca y León.

Las tres provincias castellanas se unen con la convicción firme de trabajar juntas en la consecución de fondos europeos para proyectos que contribuyan al desarrollo de los territorios, conscientes de que "la unión hace la fuerza", explicó tras la rúbrica del acuerdo la presidenta de la institución provincial zamorana, Mayte Martín Pozo, acompañada de sus homólogos en Salamanca, Javier Iglesias García, y en León, Juan Martínez Majo.

Los proyectos comunitarios por los que lucharán en común las tres provincias irán dirigidos, sobre todo, al "turismo, la cultura y el desarrollo económico". En este sentido, la apuesta fuerte de Zamora estará relacionada con "el sector agroalimentario". Para ello, "personal de las tres instituciones trabajarán de manera coordinada y paralela para plantear candidaturas en las convocatorias", expone Martín Pozo. No obstante, Zamora ya comparte esfuerzos con Salamanca a través de Zasnet y los programas Sudoe y Poctep. La presidenta zamorana avanza dos proyectos comunes para el desarrollo de las tres provincias: uno relacionado con la agroalimentación como sector básico y un segundo para el desarrollo de viveros de empresas.

"El envejecimiento y la despoblación" son los grandes problemas comunes que arrastran los tres territorios, tal y como destacó el presidente de la Diputación Provincial de León, Juan Martínez Majo, quien aludió también a otros escenarios compartidos como "la Vía de la Plata, el antiguo reino de León y los caminos romanos". El homólogo de Mayte Martín Pozo en la provincia leonesa ve en el protocolo de colaboración "el punto de inicio de un trabajo común durante tres años y medio para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos que residen en nuestros pueblos".

El mandatario salmantino, Javier Iglesias García, insiste también en la "voluntad de reforzar lazos de colaboración para aprender unas de otras y servir lo mejor posible a las personas del mundo rural", dijo ayer, tras rubricar el protocolo. En este sentido, aludió al papel de la Diputación como protagonista de "un cambio importante, al pasar de ser meras prestadoras de servicios sociales a ser proactivas en el desarrollo de los pueblos". El salmantino es consciente de que "tenemos un camino muy importante que recorrer en la creación de riqueza, la generación de puestos de trabajo y el impulso del desarrollo económico en los pueblos de nuestros territorios", ahondó Javier Iglesias García.

Los tres presidentes provinciales hicieron un rotund alegato en defensa del papel de las diputaciones frente a quienes apuestan por su desaparición, incluidos partidos políticos. En este sentido, "quien diga que esta institución no tiene que existir es porque desconoce las diputaciones y su papel... preguntémosles a los ciudadanos", puntualizó Martínez Majo. Iglesias García remarcó que las instituciones provinciales "estamos siempre al servicio de los vecinos del mundo rural, una administración cercana a los ciudadanos y la voz autorizada de los ciudadanos del medio rural".