El experto en el Siglo de Oro y escritor Luciano García Lorenzo dio a conocer su último poemario ayer en un acto en la Biblioteca Pública en el que estuvo acompañado del profesor Fernando Primo.

-¿Cómo surge este nuevo poemario con un título duro "Cuaderno de derrota"?

-Por circunstancias de tipo personal y por mantener una de mis líneas de dedicación, la creación literaria. El libro es un poemario de perdedores, centrado en dos líneas temáticas, la primera más personal, basada en una derrota sentimental, afectiva y personal inmediata; y una segunda, más intelectual, reflexiva sobre el hombre y el individuo en la sociedad donde abordo el paso del tiempo y como consecuencia, el paso final que es la muerte. En los casi 30 poemas están presentes estas dos líneas. Además, en una serie de estos versos se busca refugio para salir de estas dos situaciones a través del mundo de la infancia que equivale al mundo de la felicidad y para salir del segundo de los caminos, hay un refugio en la naturaleza, buscando motivos de la naturaleza objetivos o relacionados con la vida personal partiendo de la infancia y llegando al presente.

-Inicia con un tono negativo pero concluye con una salvación.

-De hecho el último de los poemas es esperanzador. Además hablo de un norte que es Zamora donde se habla de un río, que es el Duero; de unos juncos y de unas aceñas, de unos juegos de tiza que hacen referencia a la ciudad.

-Su cuarto poemario formalmente va en la línea de los anteriores.

-Son versos de arte mayor, de nueve y once sílabas, siempre he ido por el verso largo. Hay una continuidad en todos mis poemarios, incluso en las líneas temáticas porque yo escribo sobre lo que siempre se ha escrito en poesía del amor, la muerte...

-¿Qué le mueve a volver a estos asuntos?

-Yo creo que el poeta, al no ser que vivas en tu urna de cristal lejos del mundo y de los demás para crear una lírica que no esté implicado en los asuntos humanos sociales, siempre vuelve a la historia de la poesía. En el poeta siempre está su yo, al no ser que esté en su torre de marfil que busque la estética y la belleza. En mis versos yo reconozco a Machado, Quevedo, Cervantes, Francisco Brines, Jorge Manrique. En mi poesía hay una parte personal de la que parto, pero soy un estudioso de la literatura de tal forma que hay una apoyatura en lecturas muy presentes.

-Usted sigue vinculado a la investigación y la docencia, pero ¿qué otros proyectos tiene de índole literaria?

-Estoy enfrascado en dos proyectos. Estoy trabajando en una publicación relativa a la presencia de Zamora en la literatura, son textos inéditos, y desde el punto de vista de la profesión, sigo trabajando en el campo del texto literario y puesta en escena.

-¿Cuándo verá la luz estos textos centrados en Zamora?

-La verdad es que ya tengo muchos textos de autores de todos los tiempos que de alguna manera han escrito sobre Zamora o han realizado alusiones o recuerdos sobre la provincia escritos por novelistas, dramaturgos, poetas y incluso autores contemporáneos.

-¿Qué le ha motivo a hacer esta recopilación?

-En 1975 publiqué un libro "Zamora en la literatura" donde yo ya ofrecí muchos textos literarios donde se hace referencia a Zamora. Cuando hacía mis investigaciones he ido guardando materiales que ahora clasifico y selecciono. En definitiva sería cerrar el círculo, con un segundo volumen.

-Aludía a que los poetas habitualmente no están en una torre de marfil. Estamos en pleno proceso electoral. ¿Qué le exigiría a quien ocupe la presidencia del gobierno tras el 20D?

-Honestidad, que no sea corrupto ni un sin vergüenza. Como docente e investigador creo que todos tenemos que pagar el tributo a una situación, incluso desesperada en algunos momentos, pero los políticos tienen que darse cuenta de que el futuro de un país está en la educación y la enseñanza al igual que en la sanidad. Hacer lo que han hecho a la educación y la cultura traerá sus consecuencias. Ahora ya está conllevando menos teatro, menos público, dificultades para publicar libros y a largo plazo desde el punto de vista de la educación y la investigación pagaremos un precio. No creo que lleguemos a tener una generación culturalmente perdida, pero vamos a tener una generación privada de elementos fundamentales cultural y educacionalmente. Lo fundamental para un país es la escuela, tomada como educación. Lo que sea la escuela es el futuro de ese país.