Seis zamoranos recibieron el pasado año un trasplante de riñón, la cifra más alta de los últimos años en que se movía entre cuatro y cinco, según las últimas estadísticas que acaba de publicar la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León. Actualmente Zamora cuenta con 116 pacientes con insuficiencia renal que necesitan diálisis para vivir, después de que el pasado año engrosaran la cifra 19 personas, aunque otras 16 dejaron de requerir el tratamiento, seis de ellas porque recibieron un trasplante y diez por fallecimiento. Son 115 los zamoranos que viven en este momento con un trasplante renal funcionante que les permite dejar de depender de una máquina durante tres días a la semana para limpiar su sangre.

La incidencia de la insuficiencia renal que requiere diálisis disminuyó en Zamora entre los años 201 y 2012, pero a partir de entonces no ha hecho sino aumentar. La enfermedad afecta más a los hombres que a las mujeres.

La edad media de inicio del tratamiento de diálisis se sitúa en Zamora en los 66,3 años, ligeramente por debajo de la media de la Comunidad, que está dos años por encima. La mediana (es decir la edad más frecuente de los pacientes en diálisis) está en 71,6 años en Zamora, ligeramente por encima de Castilla y León. El paciente más joven que está en diálisis en Zamora tiene poco más de 22 años y el mayor supera los 90.

La diabetes es una de las principales enfermedades de base que llevan a la insuficiencia renal, aunque también hay otras muchas causas, como las hereditarias, sistémicas, vasculares o la glomerulonefritis.

El tipo de tratamiento de los pacientes es mayoritariamente la hemodiálisis en un hospital o un centro especializado como el que funciona en Benavente, donde se trata el 86% de los pacientes. La diálisis peritoneal con cicladora alcanza el 5,3% de los enfermos, la continua ambulatoria el 8,3% y la domiciliaria tan solo el 0,2%. El trasplante es, por supuesto, la mejor solución para los pacientes que consiguen la donación de un riñón, ya que les permite mantenerse, por muchos años o de por vida, fuera de la máquina. De media los pacientes permanecen en diálisis poco más de seis años, aunque en algunos casos pueden estar hasta más de 30.