El abogado de Sonia K., la mujer del pastor búlgaro, negó que encubriera el crimen porque "ni ocultó ni alteró ni usó efectos del delito para dificultar la investigación", si fuera así "es absurdo que denunciara la desaparición de la víctima en la Guardia Civil, parece, pues, que no está ocultando una muerte". Ante esas dudas y la falta de pruebas que la incriminen directamente, pidió la absolución. Sin embargo, el abogado del hijo del fallecido acusó al ganadero, Juan Carlos B.R., de "matar de forma alevosa, ruin y amoral" al pastor búlgaro, para reprochar a los imputados que intentaran "echar la culpa al muerto, que no puede defenderse". Puso en duda el episodio de violencia de género que el industrial y su pareja, la viuda del pastor, relataron: el cuchillo con el que ambos aseguran que les amenazó el fallecido la noche del suceso "aparece en casa de ella: o no existió nunca o ella lo recogió y lo llevó a su casa. Entonces, estaba presente" y es cómplice, apostilló. Y la barra de hierro, "de dos metros de altura", usada contra la víctima estaba con otras, el imputado indicó a la Guardia Civil cuál era. "No dicen la verdad ni al médico", "hubo un plan preconcebido para cargarse a la persona que les molestaba" para mantener su relación de pareja, concluyó. La defensa del ganadero lo negó: "mi cliente se encontró" con la discusión entre el pastor y su mujer, "él deja a su mujer y sus hijos en casa para ir a la nave, no para ir a matar, que es propio de un asesino. Va a las 3.00 horas porque las ovejas están de parto", justificó.