"Me dijo que desde noviembre llevaba con Sonia". Fue la exmujer del ganadero de Santa Cristina de la Polvorosa quien puso ayer fecha al inicio de la relación entre quien fue su marido durante 10 años, Juan Carlos B.R., y la pareja del pastor, Sonia K., únicos imputados en el crimen del trabajador búlgaro, ocurrido el 14 de febrero de 2014, cuyo cadáver apareció cinco meses después en una finca del industrial, parcialmente calcinado y en avanzado estado de descomposición.

La mujer, que se divorció de Juan Carlos, comenzó a sospechar que algo no iba bien dos meses antes de separarse en marzo de ese año, cuando su marido había tomado por rutina, "desde noviembre", salir de casa hacia las 24.00 horas y regresar a las 2.00 o 3.00 horas, "estaba prácticamente todo el día en la finca", declaró ayer en el juicio con jurado que sigue la Audiencia Provincial desde el lunes para esclarecer el homicidio.

La mujer precisó que su exmarido y Sonia comenzaron a convivir a primeros de marzo de 2014, fecha que no coincide con la apuntada por Juan Carlos, que la situó en abril.

Fue el propio Juan Carlos quien confirmó a su exesposa la relación sentimental con Sonia, afirmó su exesposa, cuando le preguntó al comprobar "a finales de febrero" de 2014 que no había parido ninguna oveja. "Me parecía raro que estuviera toda la noche fuera, veo que no hay corderos paridos y digo "aquí pasa algo", le pregunté y me lo confirmó".

Cree que vigilar el ganado era la excusa que él ponía para ir de madrugada a la explotación ganadera, donde vivía Sonia con su marido, A.O. y su hijo K.O.K., en una casa que la imputada "comenzó a pintar en agosto" de 2013 y que ya usaban en septiembre, cuando "se estaban trasladando para ir a vivir allí". Cuando la mujer se decidió a ir a la nave, él "llevaba quince días o una semana volviendo a las 6.00 o las 7.00 de la mañana", agregó la expareja de Juan Carlos, para señalar que "por eso vi que me estaba engañando".

La actitud de su exmarido la llevó a pensar que "esto no es plan de vida", confesó al Ministerio Fiscal, cansada de la situación y de que su marido se mantuviera "cada vez más distante", "llevaba una vida nocturna", especialmente "a partir de mediados de febrero" de 2014, cuando las visitas de Juan Carlos a la finca y de madrugada comenzaron a prolongarse.

Para entonces, ya había ocurrido el crimen que el ganadero situó en esa misma finca y confesó haber cometido, al golpear en la cabeza al pastor con una barra de hierro "sin intención", cuando iba a darle en la mano para que soltara un cuchillo con el que se le acercaba en actitud amenazante y tras haber agredido a Sonia, según la versión de los dos imputados.

Sobre lo que hay mayor contradicción es sobre la fecha en la que el matrimonio búlgaro y su hijo se trasladaron a vivir a la finca de la explotación ganadera, si en Navidad de 2013, como aseguró la exesposa del procesado, o a primeros de enero de 2014.

"Un marrón"

El hermano del ganadero procesado describió ayer al fallecido como un hombre "violento", al igual que un amigo de Juan Carlos, que afirmó ver un día cómo "daba patadas y abofeteaba a Sonia". Ambos se refirieron a la víctima como una persona que no quería trabajar, "vivía del cuento", ni estaba contratado en la explotación. El hermano del imputado, con quien vive actualmente Sonia, declaró que "mi hermano se encontró con un marrón" la noche del crimen, al toparse con el pastor cuando estaba agrediendo a la mujer y con un cuchillo en la mano. El cuerpo de la víctima apareció el 14 de julio de 2014 en otra finca del ganadero, a un Kilómetro de esa, donde está el pozo al que Juan Carlos confesó haberle arrojado con las manos atadas y también los pies, a los que amarró una piedra.