El Ávalon Café acoge esta noche el concierto de la banda salmantina Bye Bye Lullaby, que obtuvo el premio Talento Ribera en la última edición del Sonorama. Hoy presentan su nuevo trabajo al público zamorano.

-Esta noche presentan su último disco, "Origen". ¿Cómo nace este trabajo?

-Habían pasado dos años desde nuestro último LP y teníamos la necesidad de explotar un sonido más enérgico después de la última gira, que fue muy intensa. "Origen" cuenta nuestras vivencias durante ese tiempo. A diferencia de otros grupos, no recurrimos al crowdfunding y hemos optado por autoeditar nuestro propio trabajo.

-Eso será un gran esfuerzo, sobre todo a nivel económico.

-La música es un trabajo más y, si uno quiere hacerlo bien, requiere mucho tiempo. La gran ventaja es que el proceso es algo muy divertido, porque la parte de composición es fantástica y la ejecución es muy entretenida.

-Ahora que hay tanta competencia en un mercado musical cada vez más cerrado, ¿es difícil dar a conocer nuevos proyectos?

-Sacar material a la luz es más fácil que antes, pero es cierto que ahora lo más complicado es destacar debido a la gran cantidad de grupos. Esa es una lucha en la que estamos todos los artistas que hacemos música aquí.

-Fueron los ganadores del premio Talento Ribera en la última edición del Sonorama, uno de los festivales más importantes. ¿Qué supuso?

-Fue una alegría tremenda y gracias a él tuvimos la oportunidad de tocar allí y de dar un fuerte empuje al proyecto. El concierto fue una pasada y la plaza estaba abarrotada, con el público entregado y coreando las canciones.

-¿Está resurgiendo el folk dentro de los grupos "indies" españoles? ¿Cuáles son sus influencias?

-Es cierto que hay más bandas dedicadas a este tipo de música. Por ejemplo, es muy interesante el proyecto de Julián Maeso. Nosotros nos inspiramos en el folk y el rock de los años sesenta. Son el nexo de unión y el punto de encuentro entre las influencias de mi compañera Esther, que proviene más de las cantantes negras de soul y de jazz, y las mías, más marcadas por el rock.

-Compaginan su vida musical con trabajos en otras áreas. ¿Es muy sacrificado?

-Es difícil, pero hay que intentarlo. Pretender vivir de la música no es más complicado que hacer lo mismo con otra afición que se quiera profesionalizar. Hay tiempo para todo y si algo te hace feliz, hay que perseguirlo. El futuro es contingente y tenemos que vivir el presente y, si vienen buenas noticias, mejor, pero si no, no pasa nada.

-¿Qué hace falta para apoyar a los grupos como este que están intentando hacerse un hueco?

-Fundamentalmente, asistir a los conciertos, no solamente de las bandas de primera división sino también de las que jugamos en segunda o tercera regional. Los conciertos son la verdadera oportunidad de expresarse para un músico y de compartir lo que siente con el público.