La preservación de la diversidad biológica es uno de los grandes retos a los que se enfrenta el ser humano. La ubicación de Zamora en la cuenca del Duero y la disposición de las montañas, penillanuras y valles que conforman su territorio favorecen el desarrollo de vegetación hasta el punto de registrar hasta 2.000 especies de plantas vasculares. De ellas, 80 están protegidas. Esta condición se debe al estar consideradas como especies en Régimen de Singular Protección en Castilla y León o en otras normas de ámbito estatal e internacional, tales como el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, la directiva Hábitats o el convenio de Berna. Si se tiene en cuenta que la flora de la Península Ibérica está formada por 7.000 especies, en la provincia están representadas alrededor del 30%.

Respecto a la distribución de las plantas protegidas en Castilla y León, algunas de ellas tienen en la provincia sus únicas poblaciones castellanoleonesas conocidas, caso de la Salsola soda, Elatine triandra y Geranium bohemicum.

Para poner rostro, nombre y casi hasta carnet de identidad a estas especies, la Diputación ha editado el libro "Plantas Protegidas de Zamora". Su autor, el ingeniero de Montes Patricio Bariego Hernández, ha convertido su pasión por su profesión en un libro divulgativo de casi 200 páginas del que se han editado un millar de ejemplares. Su difusión gratuita se hará en universidades, casas rurales y departamentos que trabajan con el Medio Ambiente y la Biología, según explicó esta semana en la presentación de la guía divulgativa el diputado de Cultura en la institución provincial, José Luis Bermúdez.

Recopilar toda la información existente sobre estas plantas y transformarla en un formato divulgativo es el reto de este libro, cuyo objetivo último es "preservar y conservar", insisten el diputado y el propio autor, que ha contado también con la ayuda fotográfica del también ingeniero Javier María López.

El interés biogeográfico, la rareza de la especie, el riesgo de desaparición, los hábitats y la recolección son los parámetros estipulados para considerar a una planta como protegida. Su presencia en Zamora es especial en territorios como las Lagunas de Villafáfila, Los Arribes del Duero y, sobre todo, las montañas de Sanabria. En esta zona se desarrolla una planta "muy llamativa" solo existente en dos zonas más del país. Se trata de la carex limosa.

La Sierra de la Culebra, el Tejedelo de Requejo, el piedemonte de la Cabrera, los valles occidentales de Aliste así como las lagunas de Tera y Vidriales, los valles abiertos de la Tierra del Pan o las llanuras del entorno de Zamora son algunas de las áreas "importantes" para la flora protegida que plasma Bariego en su libro. Las elevaciones del sur de la Tierra del Vino y Sayago así como los tesos de la Guareña y Toro también guardan sus tesoros entre tierra, agua y rocas.

Las plantas silvestres forman parte de un entramado de organismos vivos y de complejas relaciones ecológicas que conforman la biodiversidad. Una parte "oculta y poco conocida, pero importante, muestra de lo que hemos conservado hasta nuestros días y de lo que queda por conservar", apunta Patricio Bariego. Un valor "del que sentirse orgulloso y un incentivo para comprometerse con la preservación de nuestro entorno".