La versión sobre la presunta paternidad del hombre español con el que vivía el niño y que figura en el Registro Civil como progenitor, español, se relaciona con una visita que habría hecho a Zamora, donde conoció a la joven de nacionalidad rumana y donde habría mantenido una relación sexual con ella, según cuentan ambos. Al parecer, el encuentro entre el varón, de iniciales L.S.L., se habría producido en un viaje que este realizó el año pasado a Zamora, con su compañera, durante una fiesta en la que habrían coincidido los tres. Este relato se contradice con los testimonios recabados por la Policía Nacional de Zamora entre los amigos de la joven madre, que aseguran haberla oído hablar de sus intenciones de vender al bebé cuando naciera.

Esta mujer viajó al Reino Unido después de ser interrogada por la agente de la Comisaría de Zamora, de cuyas indagaciones nació la investigación policial. Fue allí donde la detuvieron junto al hombre con el que residía su hijo, como acabó confesando, hasta donde viajó después de prestar declaración en la Comisaría para que aclarara dónde estaba el bebé, si muerto como había indicado en un principio o vivo en el Reino Unido, como así era.

Finalmente, será una prueba de ADN lo que determine si realmente el detenido es el padre del pequeño, nacido el 2 de septiembre pasado en la capital de Zamora, en el Hospital Virgen de la Concha. La prueba será clave para determinar si existe un delito o si la paternidad se confirma y el pequeño estaba viviendo con él. Por el momento, las indagaciones dirigidas por la Comisaría de Zamora llevan a pensar que lo que se ha producido es una venta del menor o, en todo caso, una adopción ilegal. Una u otra operación habrían comportado beneficios económicos para la madre, lo que justificaría la detención de los tres adultos a los que se implica en tan grave infracción.