La intensa lluvia que cayó en la capital durante la noche y la mañana de ayer cesó minutos antes de la celebración de la festividad de la Guardia Civil, en el patio de la Comandancia de Zamora, lo que permitió que el acto no desluciera y dio un respiro a decenas de guardias y a sus familiares, que pudieron escenificar, un año más, el homenaje a los agentes que cada día patrullan en la provincia.

Con casi un cuarto de hora de retraso, comenzó la ceremonia, que se prolongó poco más de las 13.00 horas, tras iniciarse con la imposición de las condecoraciones a guardias por su trayectoria profesional, distinciones que fueron colocando en sus uniformes las diferentes autoridades, entre ellas la teniente de alcalde de Izquierda Unidad en el Ayuntamiento de Zamora, Laura Rivera, cuya presencia no pasó desapercibida. Como tampoco, la de la procuradora de Podemos en las Cortes regionales, María José Rodríguez Tobal, junto a otras autoridades como la presidenta de la Diputación, Mayte Martín Pozo; el delegado de la Junta de Castilla y León, Alberto Castro; y parlamentarios nacionales del PP y PSOE, resguardados bajo una carpa.

En el patio de armas de la Comandancia, varios toldos servían de protección a los galardonados y al resto de asistentes, en previsión de que las nubes pudieran descargar de nuevo sobre la capital, quizás ese temor llevó a agilizar el acto protocolario en el que también estuvieron presentes el presidente de la Audiencia Provincial, Jesús Pérez Serna; el fiscal jefe, Rafael de Vega Irañeta; y el subdirector del Instituto de Medicina Legal de Zamora, Antonio González, así como jueces, magistrados y fiscales, dada la estrecha colaboración de la Guardia Civil en las labores de investigación judicial.

El sol lució al finalizar el acto, quizás un guiño a la Benemérita.