La visita del embajador de Venezuela a Zamora ha levantado polvo en el panorama político municipal. Sin embargo, Mario Isea se muestra tranquilo y conciliador. Pide respeto para su país, niega la existencia de una dictadura y defiende que no se puede pedir impunidad como respuesta a la acusación de mantener presos políticos en sus cárceles.

-Su visita ha sido fuertemente criticada y acusada de partidista.

-Yo vine en mayo, en vísperas de las elecciones, y había una alcaldesa de otro partido que me recibió con mucha gentileza. Y vine con un senador que, por cierto, se pronuncia con mucha vehemencia contra el Gobierno venezolano. Pero lo asumí como una invitación institucional más por la ciudad que por razones partidistas o políticas. Cuando vine en mayo prometí volver a la ciudad y no sabía que iba a cambiar el alcalde, eso lo decidió el pueblo de Zamora. Y el destino de Zamora lo seguirá decidiendo su pueblo a través de sus gobernantes. Yo lo respeto y es lo mismo que pido para Venezuela, que se respete la elección del pueblo venezolano en el país y en cada región.

-Hay quienes preguntan qué es lo que puede ofrecer Venezuela a Zamora y viceversa.

-Zamora tiene un desarrollo museístico importante y una cultura de preservación del patrimonio histórico, cultural y arquitectónico que podría ser muy útil para nuestras ciudades, donde no existe esa cultura. Es importante beber de ese apego que hemos observado en Zamora gracias a la visita promovida por el alcalde. En materia comercial, nosotros tenemos un nivel de consumo alto, pero necesitamos mejorar la producción agrícola y pecuaria. Necesitamos más leche por vaca, más carne por animal, más huevo por pollo? La ganadería en Zamora es un renglón fuerte y podemos aprender.

-¿Y en educación?

-Existen buenas instalaciones educativas en Zamora y hay posibilidades de que becarios nuestros puedan estudiar aquí y hacer un intercambio en ambas direcciones. Voy a designar un enlace de la embajada para profundizar en los temas, de modo que esto pueda devenir en convenios a nivel general o particulares con otras ciudades de Venezuela. Lo que serían hermanamientos, que es una figura también que funciona entre gobiernos locales. Además, voy a transmitir este señalamiento a los demás embajadores del ALBA -Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, que aglutina a 13 países de Centroamérica y Sudamérica- y también le he sugerido al alcalde que invite a todos los embajadores latinoamericanos a visitas como esta, uno por uno, para encontrar diferentes áreas de cooperación.

-Las mayores críticas a esta alianza con Zamora llegan por las sombras del gobierno de Nicolás Maduro.

-Lo primero que hay que decir es que Venezuela es un país democrático. Sus gobernantes son electos por el voto directo del pueblo y pedimos que eso se respete. No hay ninguna dictadura, hay libertad de expresión, los líderes políticos entran y salen del país y declaran lo que quieren. Ahora, hay algunos dirigentes políticos que han llamado a la violencia, a tumbar el gobierno por métodos no democráticos. Y a ellos se les enjuicia, no se les secuestra y se les lleva a Guantánamo. Hay un juicio a luz pública con defensores y fiscales del Ministerio público.

-Pero niega que sean presos políticos.

-Lo que no podemos es que se pida impunidad, que se deje libres y sin juicio a dirigentes políticos que han llamado a quemar las calles en una operación Guarimba. Guarimba es talar árboles para hacer barricadas, quemar edificios escolares, quemar autobuses, poner hilos de acero en las esquinas para que se degüellen los motoristas. Eso es violencia, es terrorismo de calle.

-¿Por eso no se le dejó a Felipe González entrevistarse con los opositores presos?

-No se le hace ningún favor a la democracia pidiendo impunidad para quienes promueven salidas violentas no constitucionales para derrocar gobiernos democráticos. Lamentablemente, el señor González hace eso. Va a Venezuela y desde cualquier lugar difama al gobierno venezolano. Incluso llega al extremo grotesco de decir que el dictador Pinochet y Franco respetan más los derechos humanos que un presidente democrático. Eso no se lo cree ni él mismo y no puede ser bien recibido por un país donde más de la mitad del pueblo eligió a su gobernante, donde por mayoría abrumadora se aprobó una constitución en un referéndum, donde por mayoría abrumadora el presidente Chávez ganó las elecciones y fue reelecto.

-¿Qué ha ocurrido para que los que fueran amigos de Venezuela se hayan tornado ahora en los más fuertes enemigos?

-Yo no voy a hablar sobre ningún gobernante, pero sí puedo hablar de expresidentes. El señor José María Aznar fue señalado en su momento por haber apoyado indebidamente el golpe de estado donde fue depuesto durante 48 horas el presidente Chávez. Eso es una actitud antidemocrática. Ahora, ningún gobernante y ningún país es nuestro enemigo. Nosotros vemos a todos los países como hermanos y queremos buenas relaciones con todos los gobiernos, pero exigimos respeto mutuo.

-Sin embargo, Venezuela está en la agenda diaria de la política nacional española.

-Por eso pedimos a los políticos españoles es que no caigan en la injerencia y que saquen a Venezuela del tema electoral. No puede ser que algunos políticos hablen más de Venezuela que de su propio país.

-¿Se siente Venezuela satanizada por la comunidad internacional?

-Sí, hay una campaña mediática incesante que tiene una continuidad increíble. Nos hace recordar la campaña de cincuenta años contra Cuba. ¿Qué no se dijo de Fidel Castro? Y hoy vemos al presidente Barack Obama y a Raúl Castro dándose la mano. Todas aquellas cosas que se decían de Cuba se empezaron a decir después contra Chávez y contra Maduro. No hay derecho, no se merece eso el pueblo venezolano. Y cuando se insulta a través de los medios a los presidentes latinoamericanos, como a Evo Morales por ser indígena, o a Lula por ser trabajador, o a Chávez que le llamaban macaco, no se insulta al mandatario, se está insultando a los pueblos que los eligen y creen en sus líderes. Yo no puedo maltratar, peyorar, difamar a un líder de un país cuando su pueblo lo reconoce. Si su pueblo lo reconoce, su pueblo sabrá por qué.

-¿Qué le interesa a Venezuela que ocurra el 20 de diciembre?

-Nosotros no nos metemos. El pueblo español escogerá lo que crea conveniente para el pueblo español. Si hay respeto mutuo, cada país determinará cuáles son sus líderes según sus leyes y su cultura. Nosotros no opinamos. El pueblo español decidirá.