La Transición no se hizo en los despachos sino "en los bares, las calles, los talleres, las camas y los altares" y que no fue solo un proceso político sino, sobre todo, "cultural, sentimental y social". Es el punto de partida del periodista zamorano Carlos Santos a la hora de abordar un libro con un enfoque novedoso de lo que fue el principal cambio político de España en los últimos decenios. El título lo dice todo "333 historias de la Transición. Chaquetas de pana, tetas al aire, ruido de sables, suspiros, algaradas y... consenso".

-Nació en San Cebrián de Castro pero se fue de niño.

-No había vuelto hasta hace seis u ocho años, cuando fui a dar una conferencia a mi pueblo y me recibieron fenomenal. He retomado la relación con mi tierra natal hasta tal punto que ahora tengo amigos y vengo todo lo que puedo. Uno de ellos Paco Somoza, me ha ayudado además a hacer el libro.

-¿De dónde surgió la idea de hacer un libro sobre la Transición?

-Se está hablando mucho de ese periodo en términos muchas veces críticos, quizá por el desconocimiento o a veces de oídas o desde un punto de vista interesado. La Esfera me encargó un libro sobre esos años que desde 1978 viví como periodista y antes como estudiante universitario. Tuve la fortuna de conocer y tratar bastante a personajes como Suárez, Carrillo o Fraga.

-¿Y por qué este formato de 333 escenas?

-No es para nada el libro de políticos y periodistas, que es la tentación que uno tiene, sino una obra de memoria colectiva, en la que he intentado reproducir el ambiente de toda aquella época. La idea es recordar que ese periodo no se vivió solo en los despachos o en los pasillos del poder, como uno pudiera pensar viendo algunas cosas, sino que fue un periodo que se vivió en la calle, las aulas, en los bares, las iglesias, los altares, en las camas, en todas partes. Fue un cambio social y cultural muy importante.

-La Transición había quedado como modélica, pero ahora recibe muchas criticas. ¿Quizá aquello no fue tan estupendo?

-Para los que lo vivieron en primera persona aquello fue estupendo, porque la Transición fue lo que quisieron sus protagonistas, 35 millones de españoles. No fue un invento de políticos, aunque los hubo que supieron interpretar lo que quería la gente y por primera vez se expresó en las urnas con libertad. Es posible que ese modelo necesite ya una revisión, pero no quiere decir que aquello se hiciera mal.

-¿No quedó todo atado y bien atado? ¿Hubo muchos candados cerrados?

-No habría quedado todo tan amarrado cuando el propio partido del Gobierno, UCD, desaparece por completo, pasó de tener 167 diputados a doce en 1982. Quienes se quedaron con las riendas de la situación fueron los ciudadanos, y en eso consiste la democracia. A partir de ahí podemos hacer todas las transiciones que queramos.

-El franquismo, defiende, murió muchos años antes que Franco.

-La Transición no empieza el día de la muerte de Franco, sino muchísimo antes, y acaba muchísimo después. Que tomen nota quienes están pensando en futuras transiciones, que las sociedades no cambian de un día para otro.

-En un capítulo habla usted de la llegada a España de los "hombres de negro". ¿Ya había troika entonces?

-Todavía no les llamaban así. Habían pasado veinte años desde que terminó la guerra civil, la economía española no levantaba cabeza y los ministros de entonces advirtieron que se hacía algo o no había ni para pagar el petróleo. España estaba en absoluta bancarrota y pide auxilio a las instituciones internacionales. El 21 de junio de 1959 vienen aquí estos señores de lo que ahora sería la OCDE y el Banco Mundial, dicen al Gobierno lo que tiene que hacer y el Gobierno lo hace. A partir de ese momento empieza a quitar aranceles, renovar la economía y eso produce una ruptura que ya nunca más se iba a resolver entre las familias del régimen que gobernaban España.

-¿Quiénes eran?

-Aquí se habían repartido el poder como quien se reparte un botín de guerra. Pero cuando un sector de ese poder, por urgencia de superar la crisis, empieza a abrir la economía al resto del mundo existe otro sector, los falangistas, que no lo ven claro.

-Cuenta cómo muchos de estos prebostes se enriquecían con las licencias de importación.

-Las licencias de importación solo se daban a los amigos del poder, era una economía muy regulada y al servicio de los que mandaban. Cuando se empieza a abrir la economía empiezan a pelearse entre ellos. Súmese a eso que dentro de las familias había personas especialmente lúcidas, caso de Joaquín Ruiz Jiménez o Miralles, hay abogados y profesionales, monárquicos simpatizantes de don Juan y don Juan Carlos que se mueven en otra dirección. En el 59 vienen los hombres de negro, en el 62-63 ocurre el llamado contubernio de Munich....

-Pero ¿hay otros factores, además de las peleas de familias del régimen?

-Si. Además la gente se empieza a organizar a principios de los 60 con las Comisiones Obreras que dirige el Partido Comunista clandestino y decide hacer la guerra desde dentro del entramado del sindicalismo de corte fascista instaurado por el Movimiento. A esos sumas masas de gente que emigra al extranjero y además de mandar dinero a casa aprenden nuevas costumbres, hábitos, empiezan a preguntarse por qué en Alemania el material escolar es gratis y aquí no. Empiezan a llegar los turistas y la gente descubre que tienen más gracia las minifaldas que las fajas. Y se suma que hay profesores universitarios especialmente lúcidos, como Agustín García Calvo o Tierno Galván, los poetas, le sumas que más gente se empieza a poner en las manifestaciones, los cambios que se estaban produciendo en el mundo. Si sumas todo, cuando muere Franco el régimen ya estaba destrozado, lo que pasa es que algunos sectores, del Ejército sobre todo, se siguieron resistiendo hasta mediados de los 80.

-Recuerda el primer desnudo. ¿Quién lo protagonizó?

-Una de las cosas que descubrimos, por eso en el subtítulo pongo "tetas al aire" y ante lo que claudicamos los españoles de todas las ideologías y tendencias fue la libertad sexual. El primer desnudo en el cine es de María José Cantudo, y en el teatro de Victoria Vera en una obra de Antonio Gala. Se armó un escándalo enorme, le insultaban por la calle, el día del estreno intentó decir unas palabras en el escenario y le abuchearon. Es curioso porque esos mismos que le abuchearon iban día tras día a verle las tetas a la actriz. El primer desnudo masculino fue del actor Fernando García Tejada, en una película que pasó sin pena ni gloria.

-¿El Opus Dei era una mafia?

-La expresión de "la mafia blanca" la utilizó un capitán general en un libro. Sobre el Opus tengo más preguntas que respuestas. Nunca he tenido certeza de que actuaran como una mafia. Es cierto que tuvieron enfrentamientos con los falangistas de correa y cinturón. Estos eran la derecha moderna, aunque no tanto para permitir que hubiera una izquierda.

-En el libro defiende que el proceso de Burgos se volvió contra el propio régimen.

-Para mucha gente supuso enterarse de qué era eso de ETA y de la brutalidad del poder. Con el proceso de Burgos ellos intentan hacer un proceso ejemplar para el meter el miedo a la gente y consiguieron justo lo contrario. Porque la gente, sobre todo los más jóvenes se empiezan a plantear quiénes son esos chicos, qué han hecho, de dónde han salido y por qué quiere matarlos Franco. Muchas personas empezaron a adquirir conciencia política entonces.

-Habla con gracia de las concentraciones de "adhesión inquebrantable" al régimen en la Plaza de Oriente con eslóganes como "si ellos tienen ONU nosotros tenemos dos".

-El franquismo era una dictadura real, de unos tíos con gorra de plato que tenían una inclinación natural a suprimir físicamente a sus enemigos. Y tenían sus concentraciones. Ahora puede parecer grotesca la Plaza de Oriente llena de gente gritando "Si ellos tienen ONU nosotros tenemos dos", pero a quienes en los pueblos tenían que salir dos veces al año a la plaza de la iglesia a cantar en cara al sol brazo en alto seguro que no les hace ni pizca de gracia.

-Pero si llenaba la Plaza de Oriente.

-En la Plaza de Oriente siempre había un millón de personas, pero es imposible que físicamente quepan más de 150.000, salvo que se pongan unas encima de otros. Hay una historia curiosa. en 1971 le hacen a Franco otra manifestación de apoyo, "esta vez porque sí". El truco es que ese día salía en el Boletín Oficial del Estado el indulto a los condenados por el caso Matesa, un escándalo que había implicado a altos cargos del régimen.

-Y que se descubre por casualidad cuando a un alto cargo argentino le preguntan por las máquinas textiles exportadas a su país de las que no sabe nada.

-No había máquinas, lo que querían era llevarse las ayudas del Gobierno. Fue el único escándalo que llegó a salir en los periódicos porque los falangistas lo utilizaban para minar a los del Opus.

-Cuenta otra anécdota sobre el 18 de julio en el Ejército.

-Le ocurrió al joven capitán Tembleque, al que piden que tiene que preparar para el sábado un tema sobre el 18 de julio y él pregunta, ¿de qué año?. Unos años antes era impensable que alguien hiciera chungas con uno de los mitos fundacionales de la dictadura, lo que quiere decir que en el Ejército también estaban cambiando las cosas, con militares que no habían hecho la guerra. Incluso en el propio Ejército, aunque en menor medida que en la sociedad civil, había gente que quería vivir de otra forma y parecerse más al resto del mundo.

-La Transición fue una época bonita, pero había también mucho miedo.

-El miedo siguió vivo hasta muchos años después de la muerte de Franco. En la gente mayor estaba vivo el recuerdo de la Guerra Civil. Y hubo mucha violencia y mucha muerte, provocada por el terrorismo de ETA, el Grapo o el Frap o la muerte diaria de los escuadrones de la muerte, que nadie llamaba así, pero eran organizaciones parapoliciales o paramilitares, vinculadas también a los guerrilleros de Cristo Rey o Fuerza Nueva. Incluso servicios secretos que siguiendo matando. La gente que salía a la calle a pedir libertad, democracia o autonomía corría mucho riesgo y real.

-Sin embargo, se bebió cava en la cafetería del hospital el día que murió Franco.

-Se bebió mucho cava el día de la muerte de Franco (se le llamaba champán); hasta en la residencia sanitaria donde murió Franco, porque una periodista pidió una botella. Se quedó todo el mundo acojonado, el camarero se resistía. Al final sacó la botella y los vasos y la periodista, María Antonia Iglesias levantó la copa "por el rey". Todo el mundo respiró aliviado.

-Cuenta que tenía un amante la mujer de Carrero Blanco.

-En aquella época se decía con pelos y señales que la buena relación de Carrero Blanco con el Opus era porque había tenido una crisis matrimonial, debido a que su mujer había tenido un romance extramatrimonial, y quien le ayudó a salvar el matrimonio fue López Rodó. Era una especie de secreto a voces; aunque en materia de amantes nadie tiene certeza. El asunto lo han tratado historiadores y unos dicen que si y otros que no.

-¿ Y lo de Garrigues Walker con Jackie Kennedy?

-Eso está más documentado, porque estuvieron pasando al menos un fin de semana en un palacio de la Duquesa de Alba. Le preguntaron los periodistas y dijo que un caballero no habla de estas cosas. Era una aventura cuando los dos eran viudos.

-Anécdotas aparte. ¿Algún momento crucial?

-Titulo un capítulo "las cinco horas que cambiaron España", la conversación que mantuvieron Carrillo y Suárez el 27 de febrero de 1977 y que me parece esencial. Eran personajes singulares, con mucha habilidad, intuición, fumadores, dos seductores, que te convencían hablando. Entre ellos hubo buena chispa y decidieron fiarse uno del otro. Poco tiempo después Suárez echa para adelante y legaliza el Partido Comunista, contra parte de la cúpula militar.

-¿Cuándo acaba la Transición?

-He puesto como fecha cuando ganó el PSOE en 1982. Pero en 1985 golpistas que quedaban en el Ejército estuvieron a punto de reventar a la familia real en un desfile en La Coruña. Por fortuna, de descubrió a tiempo.

"Los del Opus tuvieron enfrentamientos con los falangistas de correa"

-Ahora está de moda la costumbre de no hablar bien del rey. Usted hable todo lo que quiera de la familia real actual, pero el entonces príncipe se ganó bien su sueldo. Es un joven al que Franco nombra sucesor en 1969 y desde ese año a 19785 dedicó todas las horas del día y de la noche para ver cómo podía llegar a ser rey sin que lo echaran, como había sucedido a su abuelo o tener que vivir en el exilio como su padre. Estaba suficientemente informado y tenía relaciones en el mundo y la economía como para saber que si no había una democracia no podía ser rey. Y se esforzó porque hubiera democracia. Hubo un acuerdo entre fuerzas del régimen que querían seguir amarradas al poder y fuerzas de la oposición clandestina que no querían que se repitiera la guerra, por eso fue importante.