El madrileño Norberto González, que firma sus obras como Norberto, ha presentado su visión hiperrealista de la ciudad en la galería de arte Espacio 36.

-Estos días se presenta en Zamora.

-Es la primera vez que expongo en la ciudad y lo hago gracias al galerista Ángel Almeida. Desde hace 15 años tengo el proyecto pictórico denominado "Espacio abierto" en el que siempre que viajo realizo una serie de trabajos relacionados con esa población y en la muestra de Zamora se ve una parte de ese amplio proyecto.

-Presenta una ciudad de Zamora pasada por su tamiz.

-En mi paisaje parto de una visión de la naturaleza o del ambiente urbano, como es el caso, y lo que hago es construir a partir de varias fotografías una panorámica amplia en la que, según avanzo en el trabajo, van teniendo cabida otras construcciones o bien otros elementos procedentes de otros lugares. Voy cambiando las cosas a medida que va evolucionando la pintura. La base, la ciudad reconocible, permanece, pero los elementos que la acompañan voy transformándolos.

-¿De dónde procede su interés por el paisaje urbano?

-Me interesa el límite entre donde acaba la ciudad y empieza la naturaleza. Me interesa la franja donde empieza a aparecer la ciudad en donde antes había habido campo, donde no había edificios. Mi interés está en cómo la ciudad invade el campo.

-Las ruinas de Belchite protagonizan varios de los cuadros que exhibe. ¿Por qué?

-En los últimos tiempos he estado trabajando con la idea de la ruina contemporánea, sobre todo por la influencia de los pintores de paisaje de la zona norte de Europa del siglo XVIII y siglo XIX. En lo que he profundizado es en la evolución del concepto de ruina romántica y a partir de ese punto he analizado la representación de la ruina en la actualidad. Belchite es una de esas cápsulas que quedan en el tiempo porque plasma el poder de la naturaleza sobre las obras que realiza el hombre. La destrucción de Belchite en la Guerra Civil no tiene importancia en mi obra, pues fijo mi atención en la ciudad destruida, en el sentido romántico.

-En estos cuadros prima un color, el gris.

-Procuro reducir la paleta al máximo para conseguir la mayor cantidad de colores en el lienzo con la menor variedad de tonos. Mi paleta es reducida como evolución de la paleta del siglo XVII holandeses y la pintura italiana.

-Este predominio también aparece en los cuadros centrados en el tema del vehículo, donde, de repente, opta por tonos más estridentes.

-Mi base siempre intento que sea una grisalla muy contenida de color porque mi interés es conseguir ir variando la sensación cromática del gris, que sería como en la literatura el uso del silencio. La variedad de grises sería como susurrar. Además en algún punto opto por la saturación del color como contrapunto de alegría. Grito sobre la base más silenciosa o tenue.

-¿Qué le mueve a abordar el automóvil de una manera un poco onírica?

-El automóvil en mi caso es un símbolo y un sustituto de la persona. Esta máquina es como un ciclo de vida de las personas, que nacen, crecen, se alimentan y mueren, y los vehículos son un sustituto de ese ciclo de la vida. Esta temática que abordó por primera vez Turner en "Lluvia vapor, modernidad", ha sido fetiche en el pop. A partir de los 70, el coche se ha visto como un resto arqueológico que ya no era tan bonito ni tan divertido. Ya no era un símbolo de un estatus.

-Su dedicación a la enseñanza ¿ha variado su manera de enfocar la pintura?

-No, la enseñanza para mí es un método de subsistencia, pero a la vez te facilita el poder investigar y estar al día de lo que está sucediendo con los nuevos artistas.

-¿Qué le parece el uso de las nuevas tecnologías aplicadas al arte?

-Facilitan el proceso creativo y la materialización de la idea desde el punto de vista de la comunicación. Te permiten medios más eficaces que producen al final nuevos tipos de estética que complementan el resto de disciplinas tradicionales. Siempre son un medio interesante a tener en cuenta en función de la estética o del discurso artístico que cada uno quiera desarrollar.

-¿Hay que recurrir a ellas teniendo un conocimiento mínimo de los Clásicos?

-Creo que para utilizarlas hay que conocer previamente a los Clásicos. Desde que empiezas a intentar controlar los distintos elementos de la plástica, lo haces en función de dominar un lenguaje para conseguir el pensamiento visual y lograr comunicar a través de imágenes. El medio para llegar a eso es la pintura, es el dibujo, la escultura y a partir de eso el conocimiento de las nuevas tecnologías multiplica y enriquece mucho. Si no sabes pintar o dibujar difícilmente vas a poder trabajar con plenitud o garantía de hacer un trabajo bien en hecho.