Retirada de la docencia desde hace tan solo un año, Anunciación Palacios comparte ahora su capacidad de acercar Cervantes a los alumnos con un libro que adapta para el teatro los grandes temas de la obra del autor español más internacional.

-¿Cómo surge la idea de teatralizar estas obras de Miguel de Cervantes?

-La idea surge tras utilizar estos mismos textos muchas veces en clase y en el taller de teatro que impartía en el instituto María de Molina. Ahora que estoy jubilada he decidido publicarlo en un libro, para que otros profesores puedan utilizarlos en sus clases. Son textos que a mí me han dado mucho juego durante mi época de docente y que sirven tanto para una clase de literatura como para cualquier grupo de teatro. Además, viene bien, teniendo en cuenta que el próximo año se celebra el 400 aniversario del fallecimiento de Miguel de Cervantes.

-¿Fue complicada la elección de estas dos historias entre toda la obra cervantina para su proyecto?

-Para mí no, porque estaba muy habituada a estos textos. En el primero, "Mientras don Quijote dormía", no aparece siquiera el protagonista, pero es muy positivo porque así conocen otros personajes de la obra. En "El álbum de don Quijote" ya aparece el personaje, pero la técnica utilizada es totalmente distinta. La primera historia sigue el modelo de los entremeses de Cervantes y la segunda se centra en el comentario que realiza un grupo de alumnos sobre diversas fotografías de ilustraciones de determinados personajes de El Quijote. Son relatos totalmente distintos, pero les une la forma original de conocer a otros. Hay que saber que en el libro salen mucho más que molinos. Y que tiene una segunda parte que muy poca gente conoce.

-¿Ha sido complicado adaptar esta obra al teatro?

-Personalmente no, porque estoy muy acostumbrada a este tipo de adaptaciones por mi profesión. He hecho adaptaciones de diferentes clásicos, desde textos del siglo XIX hasta obras del arcipreste de Hita. En mi caso, era una asignatura del seminario de Lengua y también daba Literatura, así que me venía muy bien. Eran textos literarios que a los alumnos les costaba trabajo leer y a través del teatro se los acercaba mucho más.

-¿Qué puede atraer de Cervantes a los jóvenes?

-Yo todos los años, como profesora, obligué a mis alumnos de primero de Bachillerato a leer El Quijote entero, con sus dos partes. Era el único libro que leían en todo el año y aunque al principio se oponían, a final de curso me daban hasta las gracias. Todavía me encuentro con antiguos alumnos que me recuerdan esta lectura de manera muy positiva.

-¿Ayuda a su compresión la adaptación teatral?

-Por supuesto, y además algún grupo ha llegado hasta a representarlo en alguna ocasión. Y salió muy bien, teniendo en cuenta que es algo que no puede hacer cualquiera y estamos hablando de teatro escolar. Desde interpretar el texto hasta comprenderlo es complicado.

-Desde su experiencia, ¿qué aporta el teatro a la educación?

-Mucho, porque no solo ayuda a entender los textos y la lectura, sino que es fundamental. Debería ser una asignatura o taller que no tendría que eliminarse. Además, aparte del plano educativo, también es una forma de integración para ellos y se establece una relación especial con los alumnos. Es positivo tanto a nivel educativo como de desarrollo personal, igual que el deporte por ejemplo, y más a esa edad, entre los 12 y los 16 años. El único problema es el sacrificio de los ensayos por la tarde, al tener otras actividades extraescolares a esas horas.

-¿Miguel de Cervantes es un autor apreciado?

-Para mí es el mejor, con El Quijote como libro de cabecera de la literatura universal. Además, cada vez que lo lees puedes sacar una enseñanza nueva. Cervantes conocía muy bien a los clásicos y tenía una cultura tremenda en todos los sentidos, que está perfectamente reflejada en su libro. El Quijote es una obra muy actual y cualquier persona culta debería haberlo leído.