Algunos de los árboles plantados en el casco antiguo, como el que muestra la fotografía en la calle Misericordia, con su tronco totalmente torcido, "sufren" los excesos nocturnos de algunas personas o incluso los envites de aquellos que utilizan de manera incorrecta las calles de esta zona de la capital para aparcar sus vehículos, ajustando a veces tanto el espacio del que disponen que los árboles se llevan la peor parte en estas maniobras.