Cristina Blanco ha obtenido la mejor nota de todos los MIR de Castilla y León con su proyecto de investigación sobre antisicóticos, lo que le asegura tres años de contrato en la Unidad de Psiquiatría del Hospital Provincial. A pesar de que nació en Badajoz, la joven médico está encantada en Zamora y reconoce que el premio a su proyecto "ha sido una de las mejores noticias que me han dado".

-¿Por qué decidió especializarse en Salud Mental?

-De las especialidades que había me llamaba mucho la atención, sobre todo por descubrir el por qué de tantas cosas. El mundo del cerebro es complicado y el saber un poco lo que sucede o por qué se llegan a una serie de actos o de comportamientos, me resultaba muy interesante y llamativo. Durante la carrera, Medicina en general me gustaba mucho y tampoco pensé en la especialidad pero llegado el momento, la Psiquiatría fue lo que más me llamó.

-¿Y por qué un estudio sobre fármacos antisicóticos?

-Es un tema que me llamaba mucho la atención más que nada porque siempre me ha atraído la parte más biológica. El ver porque hay pacientes que van tan bien y porque hay otros que no y saber que es lo que no les va bien. Buscar el origen de esa mala evolución y poder cambiarla y mejorar su calidad de vida. Al fin y al cabo, mejorar su situación.

-¿Cuáles son las conclusiones a las que ha llegado con este estudio?

-Pretende ver distintas partes del metabolismo de esos fármacos. Ver que rutas se bloquean, cual funcionan peor y que fármacos serían los que potencialmente en ese paciente le permiten evolucionar mejor. Nuestra idea es que, descubriendo cuál es el fármaco apropiado para cada uno, se supone que la evolución debería ser mejor. Hay que hacer una psiquiatría personalizada, ver que fármaco es para esta persona de forma individual. Este es el objetivo fundamental, encontrar el medicamento que por así decirlo, sea el tuyo.

-La gente suele ser reacia a la medicación, ¿Qué mitos existen sobre los fármacos para las enfermedades mentales?

-Estas personas muchas veces no consideran que les pase nada. Es como un diabético, no tienen síntomas y no se encuentran mal pero toman una medicación. Cuando dejas de tomar la medicación, los síntomas aparecen. No es una medicación para toda la vida, nosotros vamos revaluando y viendo si mejora o no mejora. Hay ciertas personas que te planteas que si está yendo bien puede seguir bien sin medicación. Hay veces que se piensan que es para toda la vida o que les van a descalificar.

-¿Cree que se estigmatiza a las personas que padecen enfermedades mentales?

-Se está trabajando mucho para que eso, primero se disminuya y después desaparezca. Al fin y al cabo hablamos de enfermedad mental, que si que es verdad que la enfermedad mental grave y prolongada la gente la tiende a estigmatizar por eso se hace mucho hincapié en que esa persona tiene una enfermedad mental, pero ¿cuánta gente hay que no se haya tomado un ansiolítico o una pastilla para dormir?

-¿El caso del piloto del avión estrellado en los Alpes es uno de esos casos que pueden pasar factura de cara a la opinión pública?

-Se le da mucho bombo a sucesos de ese tipo. La enfermedad mental existe, pero también existen el bien y el mal. Uno puede tener una enfermedad mental y ser una bellísima persona. De hecho, el porcentaje de violencia en pacientes con enfermedad mental grave y prolongada es menor que en el resto de la población, lo que pasa que se le da mucha relevancia al hecho de que tenga el apellido de enfermedad mental. Hay gente buena y gente mala. La gente mala puede tener enfermedad mental pero puede no tenerla, lo que pasa que es una forma de justificar ciertos comportamientos. Hay que tener en cuenta que muchas veces, el paciente con enfermedad mental lo que tiene es miedo. En ocasiones está fuera de la realidad y hay que tener en cuenta cómo nos sentiríamos si a la persona que tienes delante no la reconoces. De todas formas yo sigo pensando que lo que hay es gente mala sin más.

-¿La crisis ha aumento ciertas patologías como los trastornos de ansiedad o el estrés?

-Vivimos en una época en la que vamos muy rápido y tenemos que hacer muchas cosas para ayer. Sí que es verdad que se desarrolla ansiedad pero por el ritmo de vida en el que nos estamos moviendo. Quizá hace 40 años no era igual, también se ha avanzado mucho y se ha estudiado.

-¿Lo mismo ocurre con la depresión?

-Es una de las enfermedades más prevalentes. Los síntomas son que estés más triste, más fatigado que no te importe nada, que no encuentre nada placentero, dificultades para dormir o poco apetito. Es un compendio de muchos síntomas. También es verdad que vivimos en un momento en el que la frustración no la toleramos excesivamente bien. No en general, pero si que es verdad que las cosas sean un poquito más fáciles o el no haberte tenido que comerte la frustración, pues hace que no la toleres. Eso también genera más trastornos de ansiedad y más patologías. El aprendizaje personal es fundamental, el fármaco lo que te da es un apoyo momentáneo mientras tu vas forjando. Tu tienes que ser el que crees los cimientos. Las pastillas no solucionan nada ya que las personas mejoran por el aprendizaje que hacen. Si no haces ese trabajo, la pastilla probablemente te funciona momentáneamente. En el momento en que la quites puedes volver a lo mismo ya que si no haces cambios el resultado siempre va a ser el mismo. Entonces es muy importante el trabajo personal de cada uno. Muchas veces se busca la pastilla mágica que te de la felicidad, pero eso no existe.

-¿Qué enfermedades mentales se tratan habitualmente en la Unidad?

-En los últimos años se han incrementado los trastornos de personalidad, pero tampoco puedo decir que sea la más prevalente. Quizá sí que se ven bastantes casos también de enfermedades mentales asociadas al consumo de tóxicos.

-¿Cómo se llevan a cabo los tratamientos para estas personas con adicciones?

-Hay que hacerlo de forma conjunta porque si tu no tratas el consumo, el problema es que los fármacos contra la enfermedad van al mismo receptor. Si tomas fármacos y consumes cannabis al final chocan, entonces la recuperación es mucho más lenta, la evolución mucho peor. Cuando una persona consume tóxicos hay que tratarle las dos cosas al mismo tiempo. Si que es verdad que el consumo de cannabis ha hecho mucho daño y el problema es que no se ve el peligro. Piensan que si se fuman un porro no va a pasar nada, pero si que pasa. La gente no es consciente, pero si que pasa. Es fundamental desde que entren en la adolescencia se les empiece a formar porque cuando eres joven no ves el peligro en nada. Se ha normalizado tanto su consumo que no se ve el peligro de que pueda pasarte nada.

-¿Una persona con enfermedad mental puede llevar una vida normal?

-Puede llevar una vida normalizada. Sí que es verdad que depende de la persona y de la patología. Hay personas que con su medicación están bien, están trabajando. Tienen una vida normal pero con sus momentos puntuales, como todos.

-¿Cuál es el tratamiento una vez que el paciente sake de Unidad?

-Lo que pretende la red es que el paciente, una vez que consigues estabilizarlo, pueda llevar una vida lo más normalizada posible. Hay viviendas para integrarles en la vida, hay pisos supervisados y centros de día. Lo fundamental en estos pacientes es buscar el objetivo vital de esa persona y a partir de ahí y generando un plan de vida.