Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) cuantifican en 2.831 el número de hogares monoparentales en toda la provincia con hijos menores de 25 años viviendo en el hogar. De este número, en los últimos dos años ha aumentado en un 30% los casos de este tipo de familias que se han visto sobrepasadas por la crisis y han tenido que acudir a las ayudas sociales para poder llegar a fin de mes.

Asistencia para el pago del alquiler de la vivienda, para afrontar los gastos de los estudios de sus hijos o simplemente para realizar la compra de alimentos de la semana son habituales en centros como Cruz Roja Zamora, que prioriza a este sector de la población por encima de otros usuarios a la hora de repartir las ayudas. "Lo hacemos porque estas familias tienen más dificultades a la hora de acceder a las ayudas, su grado de vulnerabilidad es mucho mayor", justifica la responsable provincial de Ayudas Sociales de Cruz Roja, Clara Aurora García Castro.

La mayoría de estas familias tienen como sustentador principal a una mujer -"aunque tenemos dos casos en el que el cabeza de familia es un hombre", apunta la responsable de Cruz Roja- desempleada de larga duración, con menores a su cargo y que tan solo están apoyadas por su red familiar, "aunque en muchas ocasiones también ellos están pasando por una mala situación y ya no les es posible ayudarles", señala García.

El Plan de Intervención Social puesto en marcha para los usuarios es un programa de ayudas económicas que pasan por apoyo para el pago del alquiler o las facturas de agua, luz y gas, además de entregas de alimentos o pañales en el caso de tener menores al cargo. En este caso también las ayudas se centran en la prevención de la exclusión escolar, con auxilio específico para la compra de material escolar.

Además, como novedad y alternativa a los cheques de alimentos, desde Cruz Roja se van a poner en marcha unas tarjetas de alimentación que se recargarán para que las familias puedan hacer la compra de la manera más normalizada posible "y para evitar de alguna manera la estigmatización", subraya la responsable. La precarga se hará en la propia sede de Cruz Roja, con una cuantía que ronda los 40 euros y que podrá ser mayor "según las necesidades de cada usuario", especifica.

A pesar de esta situación, el informe presentado esta semana por la ONG Save the Children, en el que se señalaba que la mitad de los hogares monoparentales del país con al menos un menor a su cargo se encuentran en riesgo de pobreza o de exclusión no es aplicable en la misma proporción a la provincia de Zamora. Así lo corrobora desde Cáritas Zamora Yolanda García, trabajadora social que desarrolla su labor en las parroquias de la capital. "Aquí no se ha notado que las familias monoparentales sean un alto número en Zamora, aunque es verdad que también tienen necesidades económicas y sociales", explica. Se trata de usuarios que vienen ya de familias desestructuradas "con un gran desarraigo familiar previo y con ayudas económicas escasas". Una situación que no pueden mejorar debido a que el tener hijos a su cargo "dificulta el poder entrar en el mercado laboral, ya que la mayor parte de estos son menores".

Su compañera Beatriz Riesco, técnico del programa de Animación Comunitaria en las comarcas de Pan y de Vino, corrobora la misma situación en la provincia. "En las zonas rurales hay incluso menos familias monoparentales. Es más habitual que sean personas de avanzada edad y sin hijos", explica. Además, en las pequeñas localidades este tipo de familias se sienten más amparadas "porque aunque se hayan quedado sin empleo suelen apoyarse en los propios familiares, ya que suelen vivir todos en la misma población", compara.