La ELA ha tenido también su repercusión en Castilla y León, de la mano de profesionales como los neurólogos del Complejo Asistencial de Zamora. El acto principal, sin embargo, se celebró ayer en los hospitales Clínico Universitario y Río Hortega de Valladolid. Y allí fue donde se concretaron algunos aspectos importantes. Por ejemplo, que el enfermo de ELA necesita de una asistencia sanitaria multidisciplinar compleja que exige de la participación de diferentes profesionales: neurólogos, neumólogos, fisioterapeutas, logopedas, nutricionistas, psicólogos o asistentes sociales, por ejemplo. La demanda del colectivo de afectados por la ELA se centra en la necesidad de definir un protocolo de asistencia sanitaria específico de alcance regional que garantice una asistencia integrada a los enfermos y sus familias. Una cuestión esencial en la que ya se han producido algunos avances poniéndose en marcha un primer programa asistencial en el Hospital Clínico Universitario de Valladolid. Y sobre el que se está trabajando con la Consejería de Sanidad para extender su alcance al resto de centros sanitarios de la región. Hay que tener en cuenta que los pacientes de ELA tienen una esperanza media de vida muy corta desde su diagnóstico y el carácter degenerativo de la enfermedad les obliga a hacer uso de las urgencias hospitalarias.