Bajo un sol de justicia, los zamoranos salieron a festejar las vísperas del Corpus Christi. La Virgen de la Concha salió a las siete de la tarde de la iglesia de San Antolín para dirigirse, acompañada de sus romeros, el grupo de cabezudos y de los sones de las dulzainas y el tamboril, a la Plaza Mayor, donde la esperaba la Tarasca de Ramón Álvarez y el grupo de gigantes y gigantillas de Zamora.

De ahí, la comitiva se trasladó, con un ambiente festivo, a la Catedral, para hacer el solemne rezo de vísperas. La imagen de la patrona permanecerá hasta las 00.00 en el Ayuntamiento de Zamora, al igual que la de la imagen de la Tarasca, que estará hasta esa misma hora en las arcadas enramadas del consistorio.