Como colofón a las presentaciones literarias de esta edición de la Feria del Libro de Zamora, la escritora Charo Antón presentó, acompañada de Francisco Molina, sus dos últimos libros "Rumores de La Habana" y "Álbum de Cuba", que conjugan en sus páginas los dibujos y poemas de su autora tras una visita al país caribeño en 2010.

-¿Cómo nacieron estos dos últimos libros?

-La idea surgió en un viaje a Cuba que me impresionó mucho, sobre todo lo hizo su gente. De todos los países que he visitado, es el único con el que me ha pasado esto. Además, iba con una lesión en un pie y disfruté la visita con un ritmo mucho más pausado que el del turista habitual y que yo misma en otras ocasiones. Eso me hizo reflexionar, tomar apuntes y tener más tiempo para dibujar. Es la primera vez que viajaba a la isla y me impactó tanto la música y la gente que seguramente volveré pronto.

-Tanto La Habana como Cuba son escenarios muy peculiares y atractivos para los ojos del pintor.

-El ritmo de la Habana es diferente a la vida ajetreada de occidente. Se vive con más intensidad porque es todo mucho más pausado en un entorno donde casi no hay ruidos sino que hay rumores, de donde nació el título de uno de los libros. Allí hice plumillas y dibujos que plasmé en un cuaderno artesanal comprado allí en el que se puede ver el grosor del gramaje del papel, hecho con trapos, en un trabajo que continué cuando volví del viaje.

-Sus dibujos son estampas de una Cuba que parece destinada a desaparecer tal y como se encuentra en la actualidad.

-Yo fui en 2010 cuando ya se veían cambios, pero en cuanto EEUU levante definitivamente el bloqueo las cosas irán acelerándose. Cuando entre dinero a la isla, los caserones apuntalados en los que aún vive gente o los maravillosos coches antiguos que se ven por las calles de La Habana, desaparecerán.

-Junto a los dibujos, ambos libros incluyen versos que completan el relato del viaje.

-Son el sexto y el séptimo de mis libros, y en todos he seguido el mismo esquema porque no me apetecía cambiar. Del viaje me traje los dibujos y en España les empecé a dar color y los completé con las poesías. Aunque no de forma continuada, llevo desde entonces con este proyecto y, debido a los cambios de la isla en los últimos meses, me decidí a publicarlos. Quise sacarlos los dos a la vez porque se complementan.

-¿Con qué se siente más cómoda, con los poemas o con la pintura?

-Con ambas, porque considero que las dos son maneras de comunicarte con los demás. Para mí, ambas son dos formas de comunicación, por lo que mis poemas no son en absoluto crípticos sino evidentes. En "Rumores de La Habana" he publicado algunos que son algo más filosóficos, pero en realidad son versos asequibles a todo el mundo porque escribir es mi manera de comunicar. Además, yo no creo que el arte sea una mercancía con la que se pueda especular sino que es una vía de expresión.

-¿Ha pensado en pasarse a otros géneros literarios?

-Tengo escritas muchísimas cosas en prosa, pero siempre que pienso en publicar me apetece la poesía. Tengo novelas, cuentos e incluso ensayos, pero no me decido a publicarlos porque se lee muy poco y porque mi manera de comunicarme con los demás se expresa mejor con la poesía, que es el sentimiento. Es algo muy diferente a la pintura, y la gente las puede percibir de distinta forma. La palabra es algo muy importante, pero la imagen también. Por eso me gusta conjugar ambos.

-¿Cómo empezó a escribir?

-Sufrí un accidente de tráfico que me tuvo varios meses en reposo. Nunca le había dado importancia a escribir, pero me refugié en ello cuando estaba en la cama. Un día, un compañero vio mis poemas y me preguntó que si no había pensado en publicarlos, que eran buenos. Como por entonces también había comenzado a pintar, me animé a hacerlo. Las únicas clases de dibujo que he recibido fueron de la mano de Antonio Pedrero en los años ochenta, que me enseñó durante unos meses cuando yo estaba trabajando en Astorga como profesora de instituto. Le estoy muy agradecida porque me enseñó a ver, y eso es muy importante para un artista.

-¿Por qué escoge siempre el verso libre?

-Es lo que me pide. No es que sea una prosa poética ni que sean versos descabalados sino que las poesías tienen un marcado ritmo interno, como me dijo una vez Agustín García Calvo. Cada verso no acaba en una palabra al azar sino que tiene un ritmo determinado, muy influenciado por las composiciones de música popular.