Con las vistas puestas en la anunciada recuperación económica, Caja Rural mantiene su apuesta por la banca tradicional y la independencia, un modelo que le ha dado buenos resultados aún en los tiempos difíciles de los últimos años. Su director general, Cipriano García pide, eso sí, una discriminación positiva, un empujoncito para tratar de traer más industrias a Zamora, sobre todo ahora que han mejorado las infraestructuras.

-Se ha cerrado el proceso de juntas preparatorias y asamblea general y Caja Rural afronta el año 2015. ¿Con qué perspectivas?

-Esperamos que 2015 sea el año de la recuperación de la que todo el mundo habla. Parece que hemos llegado a un punto de inflexión, un cambio que se vislumbra, además de por los números de la macroeconomía, por el aspecto de la mejora de la confianza en las personas, que es un factor determinante a la hora de que la recuperación se produzca. En sitios más grandes, que van un poco por delante nuestro ese cambio ya se vislumbra, se está viendo mejora. Y a Zamora, lógicamente, llegará como todo, con un poco de retraso.

-Caja Rural obtuvo el pasado año un beneficio de 7,1 millones después de unos años de cifras más discretas, aunque usted suele dar más importancia a otros parámetros.

-Si, porque el resultado es una consecuencia de una forma de hacer, del trabajo diario que es el que lleva a ese fin. Este año el resultado ha sido mejor que los anteriores, pero lo importante es una línea, una trayectoria, que en los últimos 15-20 años ha sido ascendente, racional, comedida, de esfuerzo, de sacrificio, de involucrarnos con el entorno en el que desarrollamos la actividad, tanto en Zamora como fuera. Es lo que nos ha permitido pasar con holgura este tiempo de dificultades y lógicamente lograr ese resultado, que esperemos mejore en años sucesivos.

-¿Por qué le gusta tanto el parámetro de la eficiencia, donde destaca la Caja Rural?

-Porque resume la forma de hacer, de no gastar, de entender el negocio como si fuera nuestro por parte de todo el mundo que participa en este proyecto. El resultado se combina justamente por un ratio fundamental, el de eficiencia, que de alguna forma acredita que esa gestión continuada en el tiempo, no por una circunstancia puntual, con cariño y con cercanía, es fructífera.

-Caja Rural de Zamora es también la de Valladolid y la de León, donde no tienen propia. ¿Qué peso relativo tienen para ustedes y cuál es el potencial de estos territorios?

-En León llevamos más tiempo y ya tenemos una expansión importante y ronda alrededor de un 20% del peso del negocio conforme al resultado final de la Caja. En Valladolid hemos empezado un poco más tarde, tiene más potencial todavía que León, pero vamos detrás, más despacio. Nos agrada ir a estas dos provincias porque acredita la profesionalidad que tiene nuestra entidad, los empleados, en sitios donde no tenemos marca, como poseemos en Zamora desde siempre, ahí vamos simplemente como Caja Rural, incluso de Zamora, que tampoco nos arrugamos en decirlo y tenemos una respuesta por parte del entorno de la actividad que desarrollamos estupenda como consecuencia de nuestra profesionalidad.

-¿Cuál es el secreto?

-Nuestro modelo de profesionalidad y cercanía que no tiene las grandes entidades en general, dicho será con un respeto a todo el mundo, por la lejanía en la toma de decisiones. Creemos que vamos a tener una evolución positiva, buen nicho de mercado en Valladolid y León.

-¿Cuáles son sus principales proyectos?

-Las marcas nos las vamos poniendo en el día a día y el objetivo, como cada año, es tener un resultado con un crecimiento razonable y que sea asumible. No pretendemos darle la vuelta a ningún mercado, porque no es nuestro estilo. Pero sí dar a todo lo que acontece en nuestro entorno una sensación atención y de contenido, colaborando además con la sociedad del entorno donde desarrollamos la actividad. Con productos bancarios de primer nivel, claro. Al final la gente ve que somos profesionales, por eso trabajan con nosotros. Y si además de eso les damos el cariño, la confianza y la cercanía, al final somos la entidad de referencia.

-¿Por qué le sienta mal que otras entidades entren en el sector agropecuario que antes tenían descuidado?

-Nosotros hemos estado siempre dando dinero en el entorno donde hemos desarrollado nuestra actividad, hemos tenido el grifo abierto del crédito. Nuestra banca es tradicional fundamentalmente: captamos ahorro de nuestros clientes y se lo prestamos a nuestros clientes. Y estamos vinculados con el sector agrícola y ganadero desde siempre, porque no se puede entender de otra forma la Caja Rural. Los que han descubierto esto a posteriori, tienen todo el derecho lógicamente de hacer su negocio, aquí todo el mundo es respetable, pero sí queremos decir que siempre hemos dicho lo mismo: estábamos antes y vamos a continuar siempre diciendo lo mismo.

-¿Y eso no lo hacían otros?

-Había momentos en que algunas entidades despreciaban este negocio porque realmente los márgenes no son grandes y denostaban que fuéramos rurales. Al cabo del tiempo los grandes banqueros de este país han empezado a reaccionar y ahora dicen que no, que esa es la banca que corresponde. Y al hilo justamente de esta banca están los agricultores y los ganaderos. Esta provincia es fundamentalmente agrícola y ganadera por antonomasia, con el sector agroalimentario en desarrollo. Siempre ha sido nuestra raíz, hemos estado vinculados siempre a ello mientras que otras entidades hasta ahora no habían descubierto que éste modelo de los agricultores, los ganaderos, los primarios, era un sector interesante. Y lo han descubierto recientemente porque el resto de los sectores está en estos momentos complicado. Yo supongo que cuando pase la moda esta otra vez cada uno volverá a su sitio, que es lo que pasa habitualmente.

-Única entidad netamente de Zamora. ¿Se refleja sobre la cifra de negocio?

-Todos los bancos y cajas, sea directa o indirectamente, han tenido ayudas. Las únicas que hemos soportado las dificultades a nuestra costa y hemos logrado sobrevivir a este "tsunami" somos las rurales. Tenemos que poner ese mérito sobre la mesa. Y que somos la única entidad financiera, banco o caja, de Zamora, es evidente desde hace muchísimo tiempo. Me gustaría que la gente reflexionara sobre eso. No hace falta que inventemos muchos eslóganes que acrediten nuestra labor diaria más que lo que hacemos. Me gustaría que si ahora tenemos una cuota de mercado del 25-26% eso se incrementara porque la sensibilidad de la gente en Zamora entendiera lo que estamos haciendo aquí. La gente debería pensar lo que la Caja está suponiendo desde hace tiempo para esta provincia.

-El sector bancario parece estabilizado. ¿Hay riesgo de más fusiones? ¿Podrán permanecer como caja independiente?

-Sí, si nadie nos obliga a lo contrario, porque es nuestra filosofía, la independencia. Acertada, puesto que hemos conseguido llegar aquí. Tenemos la consistencia suficiente para mantener la dirección aquí, la toma de decisiones, la independencia suficiente para que la caja funcione sin necesidad de que lo que se haga se determine en Madrid, Barcelona o donde toque. No se prevén fusiones.

-¿Todas las cajas rurales piensan lo mismo?

-La única que no tenía esta filosofía era Cajamar que quería una sola entidad, pero el resto siempre hemos estado de acuerdo en mantener la independencia.

-Parecían antiguos en esa época, cuando todo el mundo se fusionaba.

-Si estás bien puedes ser más grande o más pequeño pero vas a subsistir y vas a seguir haciendo negocio. Si se juntan dos que están mal está claro que el resultado puede ser bueno, pero es casi imposible. El tamaño de las entidades, su dimensionamiento repercute de alguna manera, pero mínimamente en la cuenta de resultados, si se hace la gestión debidamente. Hay un pequeño diferencial de ahorro de costes de algún tipo, pero si pones cariño en la gestión del día a día y ganas en cercanía suples esa pequeña ventaja que te puede dar un tamaño mayor. Dejando clara la premisa de la profesionalidad y de que ahorro de los clientes está asegurado.

-Hace unos años la Caja hizo alguna incursión de inversiones en empresas. ¿Que tal les fue?

-Francamente, bastante bien, pero ni es nuestra ocupación fundamental ni las desechamos por sistema. Hacemos las inversiones en sectores donde no compitamos con ninguno de nuestros clientes y que sean relativamente seguras.

-¿Que perspectivas de evolución observa en el sector agrario?

-El campo se está profesionalizando. Hay un salto importante, con una población muy envejecida que está desapareciendo y está apareciendo una nueva generación resultante más acotada, menos numerosa pero que se está profesionalizando. Las posibilidades que tiene esta provincia pasan porque haya menos agricultores y ganaderos pero muchísimo más profesionales. Ese tránsito se está produciendo. Y este año que hay dificultades hace falta que acompañe el clima.

-¿Y en ganadería?

-En el aspecto ganadero, tendríamos que intentar dar un salto importante: la transformación de los productos. Cuanto más valor añadido seamos capaces de aportar al producto que generamos mayor riqueza y puestos de trabajo se crearán, que es lo que se necesita en esta provincia. Siempre he defendido lo mismo, que el sector agroalimentario de esta provincia es determinante y fundamental y tenía que haber alguna motivación especial, por parte de quien corresponda para poder inducir a empresas a que se establezcan aquí, y que haya más de las que ya tenemos, porque hay un montón de gente en Zamora que se dedica a la transformación. Deberíamos de hacer un esfuerzo en ese sentido y animar con alguna motivación, aunque sea por exceso. O sea políticamente habría que aportar algo discriminatorio positivo con el fin de que aquí el producto agroalimentario tenga una mayor transformación y un valor añadido superior. Siempre teniendo en cuenta que el fundamento de la mejora de la economía no es tanto lo que ganen los bancos o los beneficios que tengan las empresas, sino la generación de puestos de trabajo.