"Esto se va a morir". La frase, lapidaria, de Roberto Alcalde que ayer atendía la gasolinera de Fontanillas es la que planea sobre gran parte de los empresarios que tienen sus pequeños negocios de hostelería o suministros de combustible en las siete localidades del trazado de la nacional 630 entre Zamora y Benavente y que a partir de mediodía de ayer observaron cómo, de golpe y porrazo, el tráfico desaparecía como por arte de magia. Fue quitar los conos situados a la altura del kilómetro 268 y empezar a fluir el tráfico, unos ocho mil vehículos diarios, por el desdoblamiento. Montamarta, Fontanillas de Castro, Riego del Camino, Granja de Moreruela, Santovenia, Villaveza del Agua y Barcial del Barco venían por primera vez en muchos años (quizá en la vida) sus travesías urbanas libres de vehículos, lo que a más de uno le hizo reflexionar.

Y es que estos años de construcción de la autovía, desde agosto de hace dos años, han sido muy provechosos para los pueblos el entorno, una suerte de "Plan Marshall" que dejó parte de los 179 millones de inversión en estas tierras: los trabajadores necesitaban vivienda, y alquilaban casas, o vivían en pensiones y hoteles; comían "de menú" normalmente y en fin "daban mucha vida a los pueblos". Todo eso se acabó. Se ha convertido en "Bienvenido, mister Marshall". Las cuadrillas colocadas estratégicamente en todos y cada uno de los accesos a la autovía actuaron coordinadas para quitar los conos y permitir el tráfico por el desdoblamiento minutos después del mediodía. El automóvil que estrenó la autovía era un Mercedes de Oviedo, que hizo el recorrido para irse encontrando con el área de descanso del kilómetro 265, poco antes de llegar a Montamarta, el enlace a esta última localidad en el 261; la salida hacia la N-631 y Puebla de Sanabria en el 255, el puente sobre el embalse de Ricobayo en el 253, tres kilómetos más adelante el enlace hacia Fontanillas de Castro, en el 245 el de Riego del Camino y Manganeses de la Lampreana. Poco después la autovía se cruza con la carretera y en el kilómetro 241 se sitúa el área de servicio de Granja de Moreruela, abierta las 24 horas del día, con restaurante, bar y gasolinera en sentido Benavente, pero sólo con surtidor de combustible en la dirección contraria (es decir, hacia Zamora).

Allí se concentraban los trabajadores de la autovía que habían acabado su faena: "Llegamos a ser 800 a la vez el verano pasado", recordaba uno de los pocos que aceptaba contar sus experiencias. "Yo voy y vengo de Salamanca", explicaba uno, "yo vivo en un hotel en Zamora", decía otro, sus compañeros optaban por alquilar casas en los pueblos del entorno, porque sale económico, y todos comen en restaurantes de la zona "de menú, porque traer la tartera es bastante complicado". La obra, constatan, a ido "en plazo".

Los empleados del área de servicio estaban como niños con zapatos nuevos: son catorce los puestos de trabajo creados para mantener abiertas las instalaciones 24 horas. El gestor, José Ignacio Montón, explica que de lo abrir bar-restaurante en un solo sentido fue decisión de Fomento; el contrato quedó así establecido. No obstante cree que funcionará bien proque en 150 kilómetros no hay ninguna otra área de servicio dento de la autovía: 107 hacia Salamanca y 40 hacia Benavente. El cierre de la Ruta de la Plata va a facilitar la conexión norte sur peninsular y es la vía natural de salida hacia Andalucía de los asturianos. De Nava es Luis Manuel Dindurra, conductor de un camión cargado con palets de plástico y aceite que hacía el trayecto desde Sevilla hasta su Asturias natal. "Más que el tiempo, que en un tramo de 49 kilómetros tampoco que ahorras mucho, es la tranquilidad de viajar por autovía, sin problemas de adelantamientos ni sustos con las reducciones de velocidad en las travesías". Los benaventanos Adrián Crego y Carlos Colinas, que sólo visitan Zamora para ir al médico explican que "ahora se llega en media hora. Antes decía la gente en 45 minutos, pero yo tardaba una hora". Ven positiva la autovía.